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La Iglesia respaldó el reclamo de trabajadores del Garrahan y cuestionó al Gobierno por “no valorar” la tarea médica

La Conferencia Episcopal Argentina expresó su adhesión a las protestas por mejoras salariales y criticó la falta de respuestas por parte del Ejecutivo nacional.


Mientras continúa el conflicto entre los trabajadores del Hospital Garrahan y el Gobierno nacional por mejoras salariales, la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) se pronunció en apoyo al personal médico y de apoyo de la institución. A través de un documento, la Iglesia Católica cuestionó con dureza a la gestión del presidente Javier Milei por “no valorar adecuadamente” la labor de quienes trabajan en una de las instituciones pediátricas más importantes del país.

“Queremos acercarles nuestra adhesión al pedido que hacen en relación con sus salarios y la situación general de la pediatría en el país”, señala el comunicado, titulado “Al personal médico y de apoyo del Hospital Garrahan”. El texto fue firmado por el arzobispo de Mendoza y presidente de la CEA, Marcelo Colombo, y el secretario general y obispo de San Isidro, Raúl Pizarro.

En el documento, los representantes de la Iglesia aseguraron estar “al tanto de la dramática situación” que atraviesan los profesionales de la salud del Garrahan y remarcaron que el reclamo que llevan adelante es “tan justo como impostergable”. Además, manifestaron su disposición a acompañar el pedido de los trabajadores: “Nos ponemos a disposición para extender a través de nuestra voz un pedido tan justo como impostergable”.

La CEA también expresó su preocupación ante la respuesta del Gobierno nacional frente al conflicto. “¿Qué tipo de sociedad y de gobierno son capaces de no valorar adecuadamente la misión de los médicos?”, se preguntaron los obispos, al tiempo que denunciaron una falta de sensibilidad social: “¿Qué nos ha pasado como sociedad que nos hemos vuelto insensibles al dolor de los más vulnerables: los niños y las personas con discapacidad?”.

En la carta se incluye una referencia bíblica en la que se recuerda que “no quedará sin recompensa el que atienda a alguno de los pequeños”, y se destaca el valor del trabajo cotidiano de los médicos en un contexto de extrema exigencia. “Ustedes atienden cotidianamente la dolorosa combinación de estas realidades y eso los hace particularmente valiosos para quienes nos llamamos cristianos”, expresa el texto.