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Fin de la moratoria previsional: “es llevarnos a un lugar de vulnerabilidad total”


Desde el Frente Ni Una Menos Olavarría dieron cuenta del impacto de la medida en las mujeres y disidencias: 9 de cada 10 mujeres no van a poder jubilarse.


El Gobierno Nacional confirmó que la moratoria previsional vigente finalizará el próximo 23 de marzo y no habrá prórroga. La medida permitía a hombres y mujeres acceder a la jubilación sin contar con los 30 años de aportes exigidos. Organizaciones feministas expusieron que su no continuidad afectará principalmente a mujeres y disidencias: 9 de cada 10 mujeres no van a poder jubilarse.


Marianela Da Cruz, integrante del Frente Ni Una Menos Olavarría, habló con Central de Noticias y explicó que “el vencimiento de la moratoria está previsto en la propia ley. Había un plazo de posibilidad de regular aportes. Que se termine significa que se aplica la ley en sus propios términos. Lo que ha pasado durante mucho tiempo es que frente a la necesidad de seguir regularizando y la falta de poder completar los aportes ya sea por hombres y mujeres, generalmente se sostienen, se renuevan o se aplican nuevas moratorias”.

Ante el fin de la moratoria las mujeres serán las primeras perjudicadas ya que “son las que más utilizan la posibilidad de regularizar sus aportes con este tipo de beneficios” sostuvo Da Cruz y señaló que en general los trabajos a los que pueden acceder las mujeres son “precarizados, mal pagos y sin aportes” e incluso “puede existir la posibilidad de que muchas mujeres tengan 10, 15 o 20 años de aportes, o sea, tener una vida laboral activa en los términos del sistema, pero no alcanza para poder cumplir con el requisito de la jubilación”.


Esto último, “nos corre inclusive a otro lugar que es perder la posibilidad de obtener la pensión de adulto mayor, que es una pensión con un valor menor que la mínima –es el 80% del haber mínimos jubilatorio- y el principal requisito es tener 65 años, así que nos lleva a obtener un ingreso, una prestación por parte del Estado a los 65 años y no a los 60 como es la edad jubilatoria en la mujer con la ley previsional actual”.

“Perder la moratoria en este momento es llevarnos a un lugar de vulnerabilidad total en una edad en la que no tenés mucho margen frente al trabajo que ellos proponen. No hay un mercado laboral abierto, el desempleo creció muchísimo y eso para nosotras termina siendo peor”.


Resaltó que “hay una falta de respuesta integral por parte del Estado que no es nueva, pero en este momento es inclusive peor por el contexto en el que nos encontramos”.

“Los aportes que nos faltan los tiene el patriarcado”


Entre las consignas que se sostienen desde el Frente Ni Una Menos y se visibilizarán el próximo 8M se encuentran varias con foco en la situación económica de las mujeres y disidencias.


Marianela Da Cruz indicó que ‘Ni una jubilada menos’ por ejemplo, “no es una consigna nueva, tiene su historia dentro del movimiento. Por supuesto que actualmente hay más consultas en la organización, gente que quiere regularizar sus aportes y a veces mucho antes de la edad jubilatoria sin saber si va a haber, por ejemplo, una reforma previsional como se anunció y después retrotrajeron”.


“Hay mucha incertidumbre, mucha angustia y mucha injusticia”, lanzó Da Cruz. “Hay impotencia al haber trabajado y que esos empleadores para los que trabajaste no hicieron los aportes como los deberían hacer o no los hicieron porque era más fácil no hacerlos”.


En ese sentido, explicó que desde el movimiento Ni Una Menos hay una construcción de pensar a la mujer trabajadora y los cuerpos feminizados en una transversalidad del concepto. “Le exigimos al Estado el repensar la forma de reconocer el trabajo de la mujer, en qué términos se reconoce y qué es lo que reconocen de ese trabajo”.


En ese sentido, destacó que “hemos trabajado mucho en concientizar que las tareas de cuidado y el trabajo doméstico son trabajo no remunerado. Recaen sobre las mujeres o los cuerpos feminizados. Eso es trabajo también. Por eso decimos ‘Ni una jubilada menos’, por eso decimos que ‘los aportes que nos faltan los tiene el patriarcado’. Las posibilidades de salir de esas tareas de cuidado al mercado laboral se vuelven complejas o imposibles”.

La presencia en las calles y la crisis sobre la idea de trabajo


De cara a un nuevo 8M, Da Cruz sostuvo que la convocatoria es distinta porque “tenemos un gobierno actual que se ha enfocado en retirar todo este tipo de políticas que son obligación por parte del Estado, pero que deciden no asumir esa responsabilidad que tienen”.


La presencia en las calles, el reclamo, tiene que sentirse más, tiene que visibilizarse más. Para nuestra organización el llamado es a que nos juntemos, a que entendamos que esta lucha es de todas las mujeres y disidencias que no les están cumpliendo con el cupo laboral trans”, indicó.


Desde hace años hubo una “implosión de la idea de trabajo formal”. Es decir, “esta imagen hegemónica de un empleo asalariado y masculino no compatibiliza con la realidad social. Esta crisis sobre la idea de trabajo, sobre la forma de trabajar, permitió al conservadurismo, a estas ideas fascistas, impregnar con ideas de micro-emprendedurismo, con el individualismo, con decir ‘si yo me esfuerzo, yo voy a poder’ cuando no funciona así ni siquiera el sistema laboral en su conjunto”.


“El derecho al trabajo es un derecho humano básico y tiene que sentirse aún más este 8M por el contexto en el que estamos y por las necesidades reales en nuestras condiciones materiales”, señaló Da Cruz.


Y concluyó: “el trabajo es poco, está mal remunerado, precarizado y no nos alcanza. Encima al momento de pensar en retirarnos del mercado laboral para poder obtener una jubilación mínima, nos van a sacar esa posibilidad si no hay una continuidad de moratoria y una posibilidad de regularizar aportes para llegar al requisito que tiene hoy la ley”.