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Olavarriense fotografió por primera vez en Argentina una especie “rara” de hongo

Lucrecia Amescua estudia Guardaparque en Misiones y retrató un “Galiella spongiosa”. Es uno de los únicos siete registros que hay en el mundo y el primero en el país. “La búsqueda es plasmar lo hermoso de lo que se ve cuando te metés en la selva” expresó.


Agustín Dal Poggetto |  Especial para Central de Noticias

 

Lucrecia Amescua empezó a incursionar en la fotografía naturalista en 2021, cuando llegó a la ciudad misionera de San Pedro para estudiar la carrera de Técnico Universitario Guardaparque, que depende de la Universidad Nacional de Misiones.

 

“Ese año para mí fue clave porque fue donde más tiempo tuve de salir al campo, al monte, a la selva. A cada rato salía con mis amigos que estaban acá. Como cursábamos online, aprovechábamos el tiempo libre y salíamos a acampar, a recorrer”, contó en una charla con Central de Noticias.

 

“Eso es lo que tiene de lindo la selva: que se arman muchos senderitos, o hay lugares donde está lleno de arroyos y cascadas, y es hermoso. A nosotros nos encanta ir a ver si encontramos animales o insectos raros u hongos. Cualquier tipo de cosa rara” señaló Lucrecia y agregó que el fin de las salidas es observar las especies y fotografiarlas, sin intervenir demasiado.

 

Comentó que no es muy probable ver animales silvestres, ya que los lugares que concurren en las caminatas no están tan alejados del pueblo. En cambio, sí es más común encontrar serpientes, pequeños roedores, o aves.

 

“La salida tiene el interés de aprender, de verlos en su ambiente natural, es como un complemento a lo que estamos aprendiendo en la carrera. Nunca va más allá del avistaje y de ver su comportamiento de lejos, sin interferir”, subrayó.

 

Lucrecia, que en Olavarría estudió el profesorado en Artes Visuales, reconoció que la fotografía es su hobby “aunque capaz ya cumple un rol más importante en mi día a día”. “Lo que busco con la fotografía es intentar plasmar un poco de la vista intensa que se tiene adentro del monte. Todo ser así raro y viviente adentro de la selva me encanta” destacó.

 

 

 

El encuentro con el “hongo raro”

 

La observación del hongo “Galiella spongiosa” fue una sorpresa para ella y sus compañeros. En un recorrido habitual por el monte misionero tomó esa foto y resultó ser el primer registro de la especie en el país.

 

Lucrecia expresó que su encuentro con los hongos fue “un descubrimiento”. “Nunca había visto tanta variedad antes de llegar a Misiones. En las primeras salidas que hice encontraba hongos y no podía creer los colores, los tamaños, y la cantidad y diversidad que había. Te llaman la atención” resaltó.

 

“Me empecé a meter en el mundo de los hongos y con una amiga empezamos a estudiarlos, a revisar los períodos de lluvia que es cuándo más aparecen, a interesarnos más. Tomamos un par de cursos y talleres que fue ofreciendo la Facultad y otras organizaciones y aprendimos un montón” agregó.

 

Además, comentó que los días en los que salen a la selva también tienen que ver con lo que se van a encontrar: “Después de la lluvia aprovechamos porque los hongos tienen esta característica de “otoñongos” le digo yo, que es que en otoño explota de hongos todo, por la humedad y la temperatura de la estación”.

 

En una caminata por el Parque Provincial Cruce Caballero fue donde hallaron el “hongo raro” como lo llamó ella.

 

 

“Siempre que hacemos un sendero vamos mirando, observando todo lo que se vaya cruzando, y vamos sacando fotos. Y ahí lo encontramos. Nos pareció súper raro porque, ya cuando hace tiempo que venís mirando tantos hongos más o menos los vas reconociendo.  Pero este era rarísimo, nunca lo habíamos visto y no entendíamos si era un hongo, si era una formación vegetal o qué podía ser. Entonces le sacamos un montón de fotos y lo filmamos. Cuando volvimos al pueblo nos pusimos a buscar información sobre a qué le habíamos sacado fotos, y no encontrábamos nada. Buscábamos en los libros y guías de hongos y nada” comentó.

 

En ese momento, se contactó con el director del IMIBIO, el Instituto Misionero de Biodiversidad, ubicado en Iguazú; que además es micólogo, es decir que es especialista en hongos.

 

“Le mandé las fotos y le dije que lo había encontrado en Argentina y ahí me comentó que era una especie que él había visto una sola vez en Brasil. Me mandó el nombre del hongo y me dijo que iba a ser el primer registro que se tiene de ese tipo en nuestro país. Yo estaba contentísima” recordó.

 

La historia no terminó ahí. Hace un tiempo fue que Lucrecia tuvo la idea de subir la foto a iNaturalist, una conocida página de mapeo e intercambio de observaciones de biodiversidad a través del mundo. Cualquier persona que haya sacado fotos a cualquier especie, ya sea de fauna, flora o de hongos, puede subirla al sitio e identificarla.

 

 

“Hay una serie de pasos por los que pasa la foto hasta que queda identificada. Cuando uno sube la foto la página la escanea y brinda una información aproximada sobre la especie. Con este hongo no me aparecía nada, pero igual yo ya tenía la especie bien detallada. Cuando vos subís la foto hay observadores que corroboran la especie, hacen de filtro. Finalmente quedó la especie identificada, y descubrimos que solamente había siete registros a nivel mundial y éste era uno de esos siete, y además el primero en Argentina” destacó.

 

La página a su vez tiene cuenta de Instagram y realiza una sección llamada “La observación del día” que se trata de una publicación diaria de una foto nueva que algún usuario haya subido al sitio web.

 

“Los viernes son los Friday Fungi (viernes de hongos), y como mi foto era de un hongo del que hay pocos registros y el primero en Argentina, la compartieron” mencionó.

 

A partir de la publicación comenzaron a llegar felicitaciones y comentarios desde Olavarría. Lucrecia, que se alegró con el insólito descubrimiento, mencionó que “no lo hago con ninguna intención de encontrar cosas raras, eso es suerte. Siempre la búsqueda es plasmar lo hermoso de lo que se ve cuando te metés en la selva, que es como imperceptible. Es increíble las vistas que hay adentro del monte. Es muy hermoso y muy raro”.

 

“Con el tiempo aprendes un montón, no sólo del bichito que fotografiaste sino también de cuál es la planta con la que estaba, con qué otras especies se relaciona… empezás a entender un montón de los roles de estos bichos en el ecosistema” agregó.

 

“Es hermoso cuando te internalizas en eso, salís con los ojos abiertos mirando para todos lados porque es re lindo todo lo que vas descubriendo” concluyó.