Tres aniversarios de fallecimiento, tres ocasiones diferentes
(*) Por Belén Vergel
El 18 de enero de 1983 fallecía Arturo Illia, ex presidente de los argentinos, quien se entregó con honestidad a cada una de las actividades que le tocó desempeñar. Su compromiso con el pueblo se podía observar como médico de su lugar de adopción, Cruz del Eje, o como presidente de los argentinos en tiempos complicados de intolerancia e incomprensión.
En 1963 durante su gestión, se sancionó la ley del salario mínimo, vital y móvil, la ley de medicamentos, la ley de asociaciones profesionales y derogó la ley de contratos petroleros suscriptos por Frondizi con empresas extranjeras. Destinó el 25% del presupuesto a educación, ciencia y tecnología. Además, incorporó al Código Penal la figura de enriquecimiento ilícito de los funcionarios. En su gestión, Naciones Unidas votó la resolución 2065/65 que convocaba al Reino Unido a sentarse a discutir la soberanía de las Islas Malvinas.
Illia respondió con hechos, ya que el PBI creció más del 20% acumulado en 1964 y 1965, la industria un 35%, el salario real subió más de un 10% y la ocupación aumentó. Redujo la deuda externa y aumentó las reservas del Banco Central, todos logros que fueron ignorados o minimizados por quienes lo habían tomado como blanco. No lo dejaron gobernar, cuando teníamos la posibilidad de contar con un país que comenzará a encaminarse.
Este miércoles se cumplen ocho años de la muerte de Alberto Nisman, el fiscal a cargo de la UFI-AMIA, la causa que investiga el hecho ocurrido en 2015, un día antes que el funcionario se presente en el Congreso a dar explicaciones sobre su denuncia contra Cristina Kirchner por la firma del Memorándum de entendimiento con Irán.
A una investigación que permitía el esclarecimiento de esta causa y del atentado a la AMIA, se le suma la muerte del fiscal, acumulando más incertidumbres que certezas. No lo dejaron investigar, ganando la impunidad, grave problema en nuestra Argentina.
Hoy también, hace tres años del crimen de Fernando Báez Sosa, el joven asesinado en Villa Gesell en 2020, un juicio que ha marcado una gran actividad judicial, donde se busca conocer a los responsables de la muerte.
Como pueblo debemos estar unidos, ante grandes temas que nos comprometen como sociedad, como es el respeto a las instituciones, al estado de derecho, a la independencia de poderes. Es momento de una reconciliación social encontrando los puntos mínimos que nos permitan mejorar la convivencia entre argentinos, evitando cualquier acto de violencia y pérdida de libertades, para no repetir este tipo de situaciones lamentables para nuestra sociedad.
(*) Concejal y vicepresidente de la Unión Cívica Radical de Olavarría