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Animate: la importancia de ser escuchadas

La Asociación Civil “Anímate” se aboca a la escucha, asesoramiento legal y atención psicológica a víctimas de violencia de género que acuden en busca de ayuda o de respuestas que no obtienen desde la Justicia.


Rivulgo Jorgelina – Agencia Comunica

 

En un balance y estadísticas anual que realizó Liliana Cuenca, referente de Animate, reflejó que acudieron 89 víctimas a la Asociación Civil, las cuales fueron escuchadas para poder ser asistidas y brindarle el asesoramiento necesario. En el mes de noviembre 19 mujeres pasaron por “Animate” y en las primeras semanas de diciembre ya llevaban un registro de haber asistido a 8 víctimas, unos números realmente alarmantes y preocupantes. Además, Liliana Cuenca contó que “hay mucha demanda de alimentos y también de ropa, y por eso estamos haciendo esa ayuda. Por suerte pudimos armar nuestro ropero de a poquito y las personas se acercan a buscar lo que necesiten”.

 

Animate es una asociación civil que brinda el apoyo, ayuda y acompañamiento necesario para asistir a mujeres que han sido violentadas. Les brinda no solo asesoramiento legal sino que también una escucha y sostén psicológico. Es una organización que inició en el 2014 y es en el corriente año cuando logran poder tener un espacio físico propio para que las víctimas puedan acercarse. Liliana Cuenca explica cómo funciona la misma, las funciones que realizan y cómo solventan los gastos debido a que no reciben ningún tipo de ayuda económica.

 

La agrupación la integran tres mujeres, donde cada una cumple una función esencial, entre ellas se encuentra Nadia Vega -psicopedagoga- y Natasha Targiano, quien es la abogada que asesora a las víctimas que aún no se han animado a realizar la denuncia, pero también para quienes ya la realizaron y no obtienen respuesta por parte de la justicia.

 

No siempre todas las víctimas que se acercan están preparadas para afrontar un proceso judicial y lo que implica el mismo, por eso es que Liliana Cuenca aclaró lo siguiente: “una vez que realizamos la escucha, vemos qué es lo que quiere hacer la víctima porque muchas personas se acercan y todavía no están listas para denunciar. Si la solicitante está preparada la acompañamos a la comisaría y hacemos la denuncia”.

 

Previo a realizar la denuncia, se las asesora y se les da a conocer el procedimiento judicial de la denuncia para que entiendan el funcionamiento de la justicia, generalmente pasa que la víctima denuncia y lo que esperan y quieren es un accionar rápido de la justicia y esto no sucede. Los tiempos de la justicia no son los mismos que de las víctimas, porque es un procedimiento lamentablemente muy lento”, agregó. Existe una gran demanda en la asociación debido al funcionamiento de la justicia, ya que son muchas las mujeres que realizan la denuncia y con el pasar del tiempo no obtienen respuestas.

 

Además de ser un procedimiento con una amplia demora, Liliana incluso afirmó que dentro de la justicia existen quienes poseen una perspectiva de género y otras personas que no, frente a lo que interpretó que “por más capacitación que se haga, en algunos casos lamentablemente no se logra una perspectiva de género”.

 

El denominado “escrache” que se realiza a través de las redes sociales, muchas veces no traspasa la barrera de lo virtual y simplemente queda en un testimonio que es compartido en redes, donde la justicia no puede accionar si no hay una denuncia judicial hecha. En este caso, desde la agrupación dejaron en claro que el escrache se realiza cuando la víctima hizo la denuncia y si decide compartirlo, la asociación acompaña el procedimiento. Incluso, el Instagram y Facebook de Animate posee un gran alcance y si la justicia no da respuesta, el “escrache” es una herramienta que otorgan las redes sociales para realizar una condena social y exponer a victimarios. No solo es una herramienta para expresar injusticias, sino que también es un medio por el cual las víctimas se contactan con la asociación para poder ser escuchadas.

 

Por otra parte, Animate es una asociación que se sustenta por sus propios medios e incluso por ingresos particulares y personales de las integrantes, ya que no reciben ningún subsidio ni ayuda económica por parte del Municipio. Liliana Cuenca aseguró que hace poco solicitó un subsidio municipal pero que no ha obtienen respuestas. Mediante rifas y otras ventas -cactus- logran generar un ingreso económico para poder mantener un espacio abierto que escuche a aquellas víctimas de violencia de género.