Conocé las malas prácticas en el tránsito
Estas malas costumbres, la mayoría de las veces no caen en infracción, pero sí están por fuera de la ley.
Por: Marcos Pascua
El tránsito se rige mucho por nuestra cultura, mucho de lo que vivimos día a día se traslada a la hora de conducir de un lugar a otro y hoy vamos a hablar de eso, de esas malas costumbres, que en definitiva son malas prácticas en el tránsito y que, si bien la mayoría de las veces no caen en infracción, sí están por fuera de la ley.
Uso del teléfono celular: una de las más comunes y también de las más peligrosas. Utilizar el celular durante la conducción es similar a conducir con los ojos cerrados. De hecho, muchos de los siniestros viales por alcance tienen origen en el uso de este dispositivo. Si querés ahondar un poco más en el tema, podés acceder a esta columna exclusiva sobre los peligros del uso del celular en la conducción.
Estacionar en doble fila: es una falta, estés 10 minutos, una hora o 2 minutos. Estacionar en doble fila obstaculiza la normal circulación en la vía pública, por lo tanto, es una falta y te pueden multar. Poner las balizas no te exime del incumplimiento de las normas. Además, lo que para vos resulta una comodidad, incomoda al resto de las personas, quien viene detrás tuyo tiene que aminorar su velocidad o incluso detenerse, cambiar de carril con el potencial riesgo que eso puede llevar.
No te pares en doble fila, busca un estacionamiento y camina. Es cierto que esto no se puede hacer en todos los casos, pero sí en la mayoría, para esos casos excepcionales se debería pensar en lugares de estacionamiento exclusivos, con un tiempo de permanencia no mayor a unos pocos minutos. Obviamente que en este caso no hablamos del transporte de carga y descarga, ellos sí tienen una regulación especial.
Doblar a la izquierda en una avenida: la Ley Nacional de Tránsito es clara, en vías de doble mano no se debe girar a la izquierda salvo señal que lo permita (semáforo). No es necesaria la instalación de un cartel que prohíba el giro a la izquierda, la ley ya lo prohíbe y su desconocimiento no te exime de su cumplimiento.
Esta es otra de las faltas más comunes, no se puede girar a la izquierda nunca, obligas a quien viene detrás de ti a aminorar la marcha o detenés el tránsito en el carril rápido solo porque decidiste girar a la izquierda. Programá tu recorrido, dobla a la derecha una cuadra antes o después y retomá. Además, es una causa potencial de un siniestro vial.
Estacionar sobre la senda peatonal: Es una falta, la ley no distingue tiempos de permanencia, estés poco tiempo o mucho, estás incumpliendo con las normas. Le senda peatonal, es como su nombre lo dice, para los y las peatones. El espacio público está distribuido en forma inequitativa, quienes se trasladan a pie tienen un sector muy pequeño por el que pueden cruzar de manera segura y si encima decidís estacionarte sobre él, es todo más complicado. Obligás a esa persona a tomar recorridos que puede ser potencialmente peligrosos.
Luz de giro: la luz de giro se inventó para que le anuncies la maniobra que vas a hacer al vehículo que viene detrás tuyo, ya que no adivina que vas a hacer vos. Y sí, por ahora nadie sabe que maniobra vas a hacer, la forma de anticiparla es mediante las señales, poné el guiño, recordá que es obligatorio hacerlo al menos treinta metros antes.
Balizas: Desde el momento que comenzás a buscar un lugar para estacionar, debés encender las balizas, de esta manera quienes vengan detrás tuyo, entenderán que vas a estacionar. No es lo mismo la luz de giro. Al igual que el giro, pero en este caso el estacionamiento, anunciá la maniobra, pensá que quien viene detrás tuyo puede llegar a tener que detenerse de golpe y esto puede provocar un siniestro. Cuando volvés a subirte al vehículo y te vas a reincorporar al tránsito, también tenés que encender las balizas.
Aceras: las veredas están pensadas para circular a pie, no en bicicleta ni en moto. Pensá que quienes se desplazan a pie tienen poco lugar para desplazarse. Si vos te subís a la vereda en tu moto, le quitás espacio y es una acción peligrosa. Tampoco están pensadas para que dejés tu auto estacionado, eso también es una infracción, igual que disponer cajones de mercadería, macetas o plantas, entre otros. La acera es pública y no puede ser ocupada por privados. Es una gran deuda de las ciudades para con las personas que se mueven a pie.
Prioridad de paso: salvo que se señalice lo contrario, la prioridad de paso la tiene quien circula por la derecha. ¿Esto es siempre así? No, esa prioridad se pierde ante un cruce ferroviario, cuando un peatón cruza lícitamente la calle, ante vehículos de emergencia cumpliendo su función, cuando te vas a incorporar a otra vía o cuando la señalización indique lo contrario, entre algunas otras que podés encontrar en el Art. 41 de la Ley Nacional de Tránsito N° 24449.
Es decir, la prioridad de paso también está reglamentada, no depende del porte del vehículo o del apuro con el que circules, cuando llegues a una intersección aminorá la marcha y respetá la prioridad.
Cruces peatonales: si te movés a pie por la ciudad, andá por los cruces peatonales, no te expongas cruzando por cualquier lado y nunca, pero nunca, salgas de repente de atrás de un vehículo que pueda tapar la visión de quien conduce, y si decidís bajo tu propio riesgo cruzar por un lugar no permitido, asegúrate de que no venga nadie.
Bicicletas: a veces nos olvidamos de que las bicicletas son vehículos y que por lo tanto deben cumplir con todas las normas como cualquier usuario o usuaria de la vía pública, esto implica como ya vimos, no circular sobre la vereda, no circular en contramano y tampoco cruzar semáforos en rojo, lo mismo que para el caso anterior, si decidís cruzar un semáforo en rojo bajo tu propio riesgo, siempre, siempre, asegúrate de que en la otra dirección no viene nadie.
Estas son algunas de las malas prácticas más comunes, si te sentiste identificado o identificado o conocés a alguien que lo hace, ya sabés que está mal y que muchas veces terminás complicando al resto de las personas.
A la hora de circular en la ciudad, no solo se necesitan elementos de seguridad como casco o una habilitación como lo es una licencia de conducir, también se necesita y hace falta algo mucho más importante, la empatía. Con un tránsito más empático, los riesgos serán mucho menores y todas las personas podremos circular con la misma seguridad vial.