Daniel Fitte: “todos somos en alguna medida el paisaje que habitamos”
El artista sierrabayense presentó este pasado 15 de abril la muestra “Ser Paisaje” en el Museo Provincial de Arte Contemporáneo MAR ubicado en Mar del Plata. Los detalles de su muestra actual y un viaje al pasado para recordar una de sus obras que fue declarada patrimonio municipal.
Por: Danisa Jaime
Este pasado viernes 15 de abril el artista sierrabayense Daniel Fitte presentó la muestra “Ser Paisaje” en el Museo Provincial de Arte Contemporáneo MAR ubicado en Mar del Plata con gran presencia de público.
La propuesta surgió del director del museo Daniel Besoytaorube y la muestra se encuentra en la Sala 2 del Museo MAR que comparte junto a la artista de Necochea Alejandra Veglio con la curaduría de Carlos Herrera. Estará hasta el mes de agosto.
La exposición contó con la curaduría de Diana Aisenberg y por parte del Municipio de Olavarría estuvieron presentes Agustina Marino y Fernanda Gallardo. Además contó con la presencia de Punto Azul (Galería Silvio Oliva Drys) y el apoyo de Isidoro Espacio de Arte con la dirección de Sonia Gómez.
“Ser Paisaje” es el nombre de la muestra de Daniel Fitte, que a la vez cuenta con distintas obras en conjunto: “Guantes usados por obreros de una fábrica productora de cal” “Paisaje- acceso-” “Cementados” y “Bollo”.
La obra “Guantes usados por obreros de una fábrica productora de cal” comenzó en el año 2000 y durante el gobierno de José Eseverri (2012) fue declarada patrimonio municipal. Fitte fue recolectando a través de los años una serie de guantes que iban dejando los obreros en una calera.
Por otra parte, Fitte encontró un bollo atado con sogas en la vereda de su casa luego de que un albañil las ató. “Lo tuve mucho tiempo en el taller. Ese gesto del albañil atando esas bolsas habla de un tiempo trabajado, de un oficio, de un modo de vida, de una identidad y es una recreación que también aparece asociándose con la obra de los guantes” indicó. Así surgió “Bollo”.
En dialogó con Central de Noticias Fitte explicó que “Ser Paisaje intenta emular las letras que hay en los accesos de los pueblos. En lugar de tener el nombre de algún pueblo la palabra dice paisaje e intenta ser una invitación a habitar los paisajes personales de cada uno”.
“Creo que cada uno tiene un paisaje interno que transita. Todos somos en alguna medida el paisaje que habitamos y mi obra nace del mismo lugar donde yo nací, del paisaje de Sierras Bayas, de la historia del pueblo y de un homenaje que trato de hacerle al obrero (mi viejo era uno de ellos). También, el paisaje de esta zona es un paisaje que muta todo el tiempo a través de la actividad minera. Somos de ese paisaje, pero también es lo que nosotros hacemos de él. Eso es ser paisaje, es habitarlo, vivirlo y tenerlo encarnado”.
Sobre la obra “Guantes usados por obreros de una fábrica productora de cal”
-¿Cómo surge la idea de esta obra? ¿Tiene relación debido a que sos hijo de una familia obrera?
DF: Todo lo que uno hace parte de la historia personal. Nace de estar desde muy chiquito atrás de mi papá mientras él construía su casa o esperarlo cuando venía de la fábrica en donde manejaba un camión. Hay algo ahí que tengo incorporado, el olor a la construcción es un olor que lo llevás para siempre. El perfume de la transpiración del trabajo es distinto a otros olores. Es algo que yo lo llevo muy adentro. Me encantaba estar abrazado con él para sentirlo y creo que ese recuerdo es la que hace que uno después haga este tipo de obras. Si veo un guante por supuesto que lo veo a él, pero si yo en esa obra solamente hablo sobre mi historia personal no sería tan importante. El desafío del artista es trascenderla para que ese homenaje sea extensivo a otros trabajadores. Deseo que funcione como puente, que a través de esa obra las personas que visiten la muestra puedan verse reflejadas en sus propias historias. Cuando sucede eso creo que la obra adquiere sentido.
– Hay muchos materiales relacionados al oficio del obrero, ¿por qué los guantes?
DF: Los guantes están presentados mostrando las palmas, mostrando las huellas, desgastados, usados. Me interesaba mucho contar todas esas horas de trabajo, que los guantes son testigos de ese mundo del trabajo, testigo del desgaste. Funcionan como la extensión de la propia piel de los obreros. Todos los materiales del mundo del trabajo que tienen marcas para mí tienen voz propia, nos están contando, nos están diciendo y haciendo visible un mundo.
Los guantes son testigos de ese mundo del trabajo, testigo del desgaste. Funcionan como la extensión de la propia piel de los obreros.
-Sos artista pero también haces un trabajo de recolección como si fueras un arqueólogo. ¿Cómo es esa relación?
DF: A veces digo que hago el trabajo de un antropólogo y un arqueólogo. Por supuesto que solo una parte porque no soy ninguno de los dos, pero tomo una parte casi sin darme cuenta y después la hago más consciente. Antropólogo porque soy alguien que estudia su propia sociedad, todo el tiempo estoy investigando sobre mi propio entorno comunitario. Y arqueología porque esos hallazgos no salgo a buscarlos, los voy encontrando, hay un encuentro, algo sucede. A mí me gusta pensar que las emociones que tenemos tienen texturas, colores, huellas y cuando vemos un objeto que tienen esas marcas y formas parecidas a nuestras emociones se produce una experiencia empática, establecemos ese diálogo y por eso los elegimos. Si veo un objeto en la vía publica y creo que cuenta algo es motivo suficiente para empezar a trabajar porque si a mí ese objeto me dice algo yo confío en que eso mismo le puede llegar a suceder a otras personas.
-¿Qué significa para vos que la obra haya sido declarada patrimonio municipal?
La obra comenzó en el año 2000 pero es adquirida por la Municipalidad en el gobierno de José Eseverri en 2012. Para mí fue un momento muy importante porque de esa manera era una obra que nació desde la gente y volvió a la gente. Ahora es de la gente, es patrimonio municipal. Lo vivo con mucha alegría y estoy agradecido de que hayan visto esa obra como reflejo de la comunidad de Olavarría.
