Monumento al Trabajo: la recuperación de un símbolo emblemático de Olavarría
El intendente Ezequiel Galli recibió a integrantes de la Comisión Pro Monumento al Trabajo, Claudio Filardo y Julio Bidé.
Días atrás se concretó en la Sala de Reuniones del Palacio San Martín, una reunión entre el intendente Ezequiel Galli, los integrantes de la Comisión Pro Monumento al Trabajo Claudio Filardo y Julio Bidé y los secretarios de Desarrollo Humano y Calidad de Vida Diego Robbiani y de Mantenimiento y Obras Públicas Julio Ferraro.
Cabe recordar que dicha comisión se conformó en el año 2016 y mantuvieron un primer encuentro con el intendente Galli, con la intención de recuperar una obra emblemática, en el marco de los 150 años de la fundación de la ciudad de Olavarría.
El monumento original estuvo ubicado en avenida Pringles y República del Líbano, entre 1938 y 1964, tras ser demolido por obras realizadas en la ciudad en aquel entonces.
La obra, cuya autoría es de Leopoldo Bocazzi, tenía 15 metros de altura, con tres figuras que simbolizaban la agricultura, la ganadería y la minería, que se encontraban erigidas sobre una base y escalinatas.
En el mes de diciembre de 2017 se colocó la piedra fundacional del Monumento al Trabajo, en avenida Pringles casi Ruta Nacional Nº 226, en el marco de un acto protocolar que contó con la participación de integrantes de la comisión y concejales.
En el marco del último encuentro con el intendente Galli, que se llevó a cabo días atrás, se presentó un proyecto de emplazamiento con otro sentido, que propone colocar una parte recuperada del antiguo monumento, concretamente un yunque, que actualmente se encuentra en la Biblioteca Popular “1º de Mayo”. El tema lo anunció Ezequiel Galli en su discurso ante el Concejo Deliberante el viernes.
Al respecto, el secretario de Desarrollo Humano y Calidad de Vida Diego Robbiani, explicó que “hace años atrás el monumento estaba instalado en una de las avenidas principales de Olavarría y fue demolido a raíz de obras de modernización de la ciudad, que llevó adelante la gestión del ex intendente Carlos V. Portarrieu”.
“Hay un gran trabajo por parte de un grupo de vecinos (entre ellos Julio Bidé y Claudio Filardo) interesados en resaltar a Olavarría como ciudad pujante y de trabajo, conformaron esta comisión con la intención de recuperar una parte de este monumento, una obra emblemática, que formó parte de nuestra historia, patrimonio e identidad como olavarrienses”, sostuvo Robbiani.
“Este monumento viene a resaltar valores que nos forjaron y a recuperar el patrimonio de la ciudad”, concluyó.
Proyecto de la Comisión Pro Monumento al Trabajo
El proyecto –elaborado por integrantes de la Comisión Pro Monumento al Trabajo- toma como principio respetar el eje fundacional del anterior, la Av. Pringles, en el acceso más importante de la ciudad desde Ruta 226.
Un monumento, es un modo histórico de construir memoria. Es la representación del pasado y del futuro concentrado en una obra.
Cuando se trata de abordar el espacio público, tenemos miradas. Nos elevamos al pensar en la macro escala, y definir el espacio, con una materialidad cargada de esa identidad construida por la acción de la historia.
Es importante que la obra, adquiera su propia identidad, su propia claridad, y su propia cualidad estructural.
Una obra simple, despojada, donde materia y materiales están en silencio, pero que expresen la potencialidad de nuestra ciudad. Dos asunciones fundamentales convergen en la obra: primero, la naturaleza histórica, segundo: la naturaleza cultural.
Por eso el monumento es una especie de masa gris neutra, esculpida y rígida. Su estética es el resultado de una estructura llana con cierta elegancia, primitiva y a la vez el resultado de la investigación histórica.
En aquel monumento que yace en la memoria, destruido, emergía una gran columna cuadrada, con cuatro caras y figuras esculpidas exquisitamente y rematada con un águila de alas desplegadas.
En esta obra abrimos las cuatro caras, y forman cuatro bloques intensos de hormigón a la vista, con improntas emblemáticas. Del perfil del volumen emergen placas plegadas que se abren en clara alusión al águila predecesora.
La cara que mira a la ciudad, ostenta y sostiene como una palma de mano al único vestigio del pasado: el yunque.
El volumen es sencillo pero a la vez singular, y las improntas rehundidas, aluden a las entrañas de nuestro potencial, la industria, la ganadería, agricultura y educación, símbolos innegables siempre presentes.
Aledaño al monumento se adhiere visualmente y espacialmente, un grupo de árboles, con bancos de hormigón y un suelo encespado, un lugar de estancia y contemplación.
Fusión de pensamiento y sentimiento en una obra esencial, en un paisaje esencial.