¿Cómo la tecnología puede mejorar nuestras ciudades?
¿Escuchaste alguna vez el concepto Smart cities? ¿Puede verse la ciudad beneficiada por la tecnología? ¿y nuestras vidas? De algo de eso vamos a hablar en esta, la primera columna del 2025 para Central de Noticias.
Por: Marcos Pascua
Vuelven las columnas relacionadas con seguridad vial, movilidad y urbanismo. En este, el quinto año consecutivo de esta columna me dedicaré a hablar un poco más sobre conceptos que tienen que ver la ciudad, sin dejar de lado claro, los temas que abordamos siempre, relacionados con las estadísticas de seguridad vial y otras cuestiones de agenda.
¿Escuchaste alguna vez el concepto Smart cities? ¿Puede verse la ciudad beneficiada por la tecnología? ¿y nuestras vidas? De algo de eso vamos a hablar en esta, la primera columna del 2025 para Central de Noticias.
¿Qué es una Smart City?

Según cuenta Lucía Bellocchio en su libro “Ciudades del futuro” el concepto de “Smart City” ha ido evolucionando con el paso del tiempo. En principio este concepto, no se trata simplemente de incorporar tecnologías en entornos urbanos.
El concepto fue introducido en los 90 por corporaciones y empresas tecnológicas. Allí fue la primera vez que se escuchó hablar de este concepto, si bien en ese momento la atención se centró en el factor tecnológico, con el pasar de los años el concepto fue adquiriendo una mirada más integral.
Fue alrededor de los años 2000 cuando se comenzó a pensar en la escala humana. Allí el concepto mutó a “human smart cities”. En ese momento se entendió que era necesario poner la tecnología a disposición de los ciudadanos para mejorar su calidad de vida.
En 2015 se introdujo un nuevo paradigma. A partir de la llegada de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos por la ONU, se comenzó a pensar en el término “Smart sustainable cities”. De esta manera se considera a la tecnología como una herramienta para lograr ciudades más sostenibles.
Como hemos visto, desde el surgimiento de esta palabra han ido surgiendo diferentes variaciones que no han hecho más que complementar el concepto con el objetivo de desarrollar una mirada integral. Es por eso que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aporta la siguiente definición:
“Una ciudad inteligente es aquella que coloca a las personas en el centro del desarrollo, incorpora tecnologías de estos elementos como herramientas para estimular la formación de un gobierno eficiente, que incluya procesos de planificación colaborativa y participación ciudadana. Al promover un desarrollo integrado y sostenible, las “Smart Cities” se tornan más innovadoras, competitivas, atractivas y resilientes, por lo que mejorar así las vidas”.
Las ciudades nos moldean a nosotros
Jan Gehl, urbanista danés, dijo “nosotros moldeamos las ciudades y luego estas moldean nuestra vida”. Imaginamos las ciudades, las dibujamos, las proyectamos y las ejecutamos. De esta manera vamos moldeando la ciudad. El resultado de eso es lo que luego nos va a ir moldeando a nosotros.
Para graficar esta relación, Lucía Bellocchio utiliza el ejemplo de una mamushka para definir al ser urbano. La primera capa que aparece, luego de la piel es la vestimenta. Allí se puede observar como la cultura incide en nuestra forma de vestirnos.
En una segunda capa aparece el hogar donde vivimos, donde los espacios de esa vivienda se desarrollan en función de quienes la habitan. Habitar es colocar el cuerpo en un espacio para luego construir material y simbólicamente.
Hoy sabemos que en las ciudades puede ocurrir que se viva y se trabaje en el mismo espacio, a veces ínfimo. Empiezan a aparecer quienes construyen viviendas con ambientes polisémicos o multiuso. Trabajo y estudio pivotean entre lo presencial y lo remoto, y la vida social se encuentra bajo el mismo paradigma.
La flexibilidad en el diseño y en la implementación de proyectos laborales, hace que tampoco esté claro, actualmente, dónde trabajamos, incluso sin tener muy en claro para quién. En la economía de plataformas la convergencia entre personas y máquinas, denominado técnicamente cobotización, es la regla.
También nuevos proyectos edilicios tienen en cuenta en sus ambientes estas actividades, sin ir más lejos, es más común encontrar pisos de coworking en edificios de vivienda. Otro punto de interés y que está surgiendo es la participación de vecinos y vecinas en decisiones urbanas.
También aparecen conceptos como la movilidad y la micromovilidad, la interoperabilidad de sistemas informáticos para el buen uso de datos vinculados con servicios públicos, por ejemplo, el transporte.
Entonces, desde la piel hasta los edificios podemos ver la influencia de nuestras costumbres, nuestra idiosincrasia y como a partir de la influencia de la tecnología se pueden ir modificando nuestra cotidianeidad.

¿Qué cambio se esperan en las ciudades?
Lucía Bellochio, fundadora y directora de Trend Smart Cities, la única consultora de América Latina especializada en proyectos con enfoque Smart city, cuenta cuáles son los cambios que podrían sufrir las ciudades a partir de los cambios tecnológicos.
- Gestión y predicción de la demanda de transporte para analizar patrones de viaje: Esto tiene como objetivo mejorar la planificación y programación de los servicios de transporte.
- Optimización del tráfico: esto se puede ver materializado, por ejemplo, en semáforos inteligentes mediante la IA.
- Mejora de la seguridad vial y prevención de siniestros viales: si se puede proporcionar información en tiempo real sobre el estado del tráfico y la ruta, se puede optimizar la circulación y disminuir la posibilidad de siniestros viales.
- Sistemas de estacionamiento inteligentes: aplicaciones que puedan mostrar la disponibilidad de plazas de estacionamiento disponibles para ayudar a encontrar un lugar rápido.
- Movilidad sostenible: la IA emerge como una herramienta para optimizar el tránsito, de la misma manera la movilidad sostenible puede ayudar en este sentido.
- Reducción de emisiones: si se optimizar el tráfico y el mantenimiento de vehículos, se colaborará en la reducción de las emisiones de carbono.
- Asistencia en la toma de decisiones: tener información real es clave a la hora de decidir recorridos de los usuarios, pero también para trabajar en mejores políticas públicas en relación al transporte.
- Sistema de transporte autónomos: todo se basa en la información, a partir del relevamiento de datos en tiempo real, se puede optimizar el trabajo de los taxis.
- Movilidad compartida: la IA puede colaborar en el encuentro de usuarios que requieran de viajes compartidos. Algo similar a lo que sucede hoy con las aplicaciones móviles.
- Personalización: movilidad a demanda. Si la IA cuenta con nuestros datos, puede ofrecernos la mejor opción de movilidad en función de nuestras necesidades.
Conclusiones
¿La tecnología puede ayudarnos a mejorar problemas en nuestras ciudades? Sí, claro. En materia de transporte tiene muchísimo para aportar. De hecho, ya existen muchas plataformas relacionadas con la movilidad donde indican cantidad de tránsito, congestiones, siniestros viales y en función de esto sugerir mejores rutas.
Desde esto hasta buscar lugares para estacionamiento, se está al frente de una herramienta con potencial que puede ahorrarnos tiempos, ayudarnos a tomar mejores decisiones y mejorar nuestra calidad de vida. Para esto también será necesario contar con esquemas de gobernanza locales fuertes y comprometidos, pero eso hablaremos en otra ocasión.
