Cementos Avellaneda negó despidos masivos en su planta de Olavarría
La empresa aseguró que no existe ningún proceso de reestructuración ni recorte de personal y calificó de “falsa” la versión difundida por AOMA.
Cementos Avellaneda desmintió de manera categórica que se estén produciendo despidos masivos en la Fábrica de Olavarría y afirmó que “no existe ningún proceso de reestructuración ni recorte de personal en curso”. Desde la compañía señalaron que las declaraciones del secretario de la seccional de AOMA Olavarría son “falsas” y “generan una situación extorsiva que afecta a más de 400 trabajadores y a toda la comunidad”.
Según explicaron, la situación se limita a un hecho puntual ocurrido en el sector de despacho, originado en julio de este año a partir de la puesta en funcionamiento de una nueva línea para cumplir con el cambio de bolsas de 50 a 25 kilos. En ese contexto, indicaron que el gremio “impulsó una medida de fuerza que consideraron desmedida, reclamando la incorporación de más personal del necesario para el sector”.
Ante esa “presión sindical”, la empresa incorporó personal a plazo por un período de prueba, con acuerdo del propio sindicato. Durante los meses de agosto, septiembre y octubre, Cementos Avellaneda afirmó haber trabajado en el sector y demostrado cuál es la dotación necesaria, garantizando los tiempos de descanso y licencias del personal.
Ese proceso, según se detalló, fue respaldado por un estudio de métodos y tiempos realizado por el Departamento de Ingeniería Industrial de la Facultad de Ingeniería de la UNICEN y por la consultora CMT. Ambos informes fueron puestos a disposición del gremio y del Ministerio de Trabajo.
Como resultado de ese análisis y luego de haberlo comunicado a AOMA, “la empresa notificó la finalización de los contratos de las últimas seis personas incorporadas al sector de despacho”.
Finalmente, Cementos Avellaneda “reafirmó su compromiso con el personal y con la comunidad de Olavarría”, en un contexto que definió como “complejo para la industria”. En ese sentido, advirtió que medidas que calificó de “irracionales ponen en riesgo la normal operación de la compañía y la estabilidad de las fuentes de trabajo, destacando su trayectoria de más de cien años en la ciudad”.

