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Nuevo reclamo por la construcción de la Autovía de la Ruta Nacional 3

Hubo participación de Estrellas Amarillas Olavarría y olavarrienses que reclamaron junto con vecinos de Azul y otras ciudades. Coincidieron en que debe “regionalizarse” el pedido. Estuvo el intendente interino Cabrera Cisneros.


Este domingo por la tarde, vecinos autoconvocados volvieron a manifestarse en la rotonda de acceso a Azul, sobre la Ruta Nacional N° 3, para exigir la construcción de la autovía prometida y la reparación urgente de la traza actual, cuya peligrosidad sigue cobrando vidas.

La movilización, que comenzó alrededor de las 15:30, fue impulsada por referentes del reclamo como Fernando Sottile y Mario Ibarra, junto a integrantes de la organización Estrellas Amarillas como Marcelo Lobrundo y Eduardo Zarriello. Familiares de víctimas de siniestros viales también acompañaron el pedido de justicia y obras concretas.

La convocatoria contó con vecinos de Azul, Laprida y Olavarría, que coincidieron en que el deterioro de la Ruta 3 es una problemática regional. El reclamo apuntó tanto al Gobierno nacional, responsable de la obra, como a la dirigencia local, cuya participación fue escasa.

Entre los presentes se destacaron la senadora provincial Lorena Mandagarán, el secretario municipal Gustavo Vitale, el exintendente Omar Duclós, el excandidato Luis Kletniky y los exfuncionarios Fernanda Ibarra y Jorge Sarasola. También estuvieron los concejales Xavier Cabrera Cisneros —actual intendente interino—, Inés Laurini, Gabriela Lambusta y Jorge Ferrarello.

Sin embargo, la ausencia de la mayoría de los ediles generó malestar entre los manifestantes. “Un aplauso para los que no vinieron”, ironizó Marcelo Lobrundo, aludiendo a la falta de compromiso. Varios vecinos también criticaron el oportunismo de quienes sólo visibilizan el reclamo en tiempos electorales.

Mientras tanto, la Ruta 3 continúa deteriorada, con baches, huellas profundas y un riesgo constante para quienes la transitan. La promesa de la autovía acumula más de una década sin avances, y la pregunta quedó en el aire: “¿Cuántas muertes más serán necesarias para que la obra finalmente comience?”