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Demanda de mala praxis por el fallecimiento de un adolescente en Olavarría 

Los padres del adolescente detallaron que el caso es del 18 de febrero de 2023.  Buscan la condena al profesional de turno que “se trata del único cirujano pediátrico que hay en la ciudad”.


Bautista Iglesias, quien en ese entonces tenía 14 años, falleció por una mala praxis el día 18 de febrero del 2023. Sus padres Juan Cruz Iglesias y Gisele Hernández Reyes buscan la condena al profesional de turno que “se trata del único cirujano pediátrico que hay en la ciudad” e impulsaron una demanda en la Justicia por este hecho que rápidamente generó adhesiones en redes sociales en las últimas horas. 

El juicio de los padres se titulaHernández Reyes Gisele y otro contra Municipalidad de Olavarría y otros sobre prueba anticipada” expediente número 22859 tramitado en el Juzgado Contencioso Administrativo de Azul. 

La pericia de muerte determinóshock hipovolémico, hemorragia retroperitoneal por lesión vascular”. Se indicó además que “la lesión vascular consistía en una lesión de la vena cava que le habría producido la hemorragia”. 

Los padres relataron que “llevamos a nuestro único hijo Bauty con un dolor abdominal a la guardia del Hospital. El pediatra de turno llamó al único cirujano pediátrico que hay en la ciudad de Olavarría, quien determinó que era un apéndice inflamado sin riesgo de que sea peritonitis”. 

“Nos dijo que ya que estaba ahí él, lo iba operar, pero que vayamos a Cemeda, donde le iba a realizar la operación laparoscópica teniendo en cuenta que teníamos obra social. La pesadilla que aún vivimos comenzó cuando nos llamaron a la puerta de cirugía y nos dijeron que algo no andaba bien y que había que llevarlo de urgencia a terapia al Hospital Municipal, a donde lo terminaron llevando” agregaron en detalle. 

La carta continúa: “Allí, fueron más de 16 horas de incertidumbre. Nadie nos decía nada, veíamos que pasaban, iban y venían, corrían, y nadie nos decía nada. Lo intervinieron una vez más este único cirujano pediátrico junto con otros para parar un sangrado. Hasta ahí lo único que sabíamos, no nos daban información, solo decían que todo estaba bien y que él estaba estable”.

“Llegado el último momento una vez más en terapia, este único cirujano pediátrico a mi Gisele Hernández, me miró a los ojos , me tocó el hombro y me dijo: Tranquila mamá, todo está bien” relató Hernández. 

“Cómo mamá y papá estábamos juntos esperando alguna respuesta, cuando salieron dos terapistas que no habíamos visto aún, y hacemos mención de ellos porque fueron los únicos que tuvieron el valor y la calidad humana de sentarnos, mirarnos y explicarnos lo que pasó: que Bautista había llegado muy mal de Cemeda, que ellos estuvieron todo el tiempo a su lado porque lo único que podían hacer era intentar reanimarlo una y otra vez sin respuesta y que había llegado el momento de despedirnos de nuestro hijo, porque ya no tenía más fuerzas para seguir luchando. Ellos, los únicos dos, dijeron la cruda verdad, cuando todo el tiempo los cirujanos nos habían dicho que estaba bien, que estaba estable” relataron. 

Y agregaron: “esto quiere decir que el cirujano pediátrico quizás con la participación de algunos otros de los médicos demandados (la justicia dilucidará qué responsabilidad le cabe a cada uno de los profesionales intervinientes) le realizó una operación en la cual producto de una mala praxis alarmante le rompió la vena cava y posteriormente continuaron con otras prestaciones médicas erradas que impidieron parar el sangrado y que lo llevaron a la muerte”.

En la actualidad “está en trámite un juicio por daños y perjuicios en el mismo juzgado. Que la condena a este  “profesional” y a todos los que la justicia determine responsabilidad además de jurídica sea social. Porque la justicia determinará un resarcimiento en plata que será groseramente insuficiente porque no hay plata que nos pueda reparar una angustia con la que vamos a convivir por el resto de nuestros días”.

Por último, remarcaron: “Mientras tanto, él o los médicos responsables caminarán tranquilos por la calle y lamentablemente quizás sigan operando porque tampoco existe en nuestro país un sistema punitivo eficiente que castigue a quienes por negligencia o incapacidad producen este tipo de daños irreparables”. 

“Cuidemos a nuestros hijos para que nadie más tenga que pasar el dolor que vivimos día a día. Levantemos las voces porque sabemos que este no es el único caso. Que el miedo no te paralice. Que la pérdida de un hijo no te quite la voz. Recordá que no denunciar es seguir tapando complicidades” cerraron en la carta emitida a los medios y publicada en redes.