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Viento de libertad: un espacio de transformación comunitaria

Una rama del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) acompaña a personas con consumos problemáticos. Te mostramos cómo funciona la organización en dos barrios de Olavarría.


“Acá es como un altar, te podés despejar. Siempre fui una persona muy cerrada y acá te ayudan a socializar y en proceso de dejar las drogas. Y ahí vamos, a todo ritmo”, contó Nahuel al equipo de “Te mostramos cómo”.

Desde hace casi 3 años, en dos barrios de Olavarría, funciona Vientos de Libertad, una de las ramas del MTE (Movimiento de Trabajadores Excluidos) que trabaja para que quienes atraviesan la problemática del consumo puedan transformar sus vidas. Pasaron por distintas sedes y en la actualidad están anclados en los barrios Coronel Dorrego (Larralde y Sargento Cabral) y Nicolás Avellaneda (Calle 18 3595).

Los centros están abiertos 8 horas de lunes a viernes y ese funcionamiento se debe a la articulación que se da entre instituciones que se abren y comercios y vecinos que se unen y ayudan con lo que tienen. También cocinan para que más de 250 familias y personas en situación de calle cuenten con un plato de comida y todo lo que se genera a su alrededor.

“Es un espacio que trabaja con personas que están atravesando un consumo problemático, pero también con otras cuestiones que tienen que ver con la salud mental desde una mirada interdisciplinaria y comunitaria”, resaltó Sofía integrante del equipo.

Por su parte, Carla contó que “articulamos mucho con la casa de Tandil, que es de varones. Después tenemos casa de mujeres y disidencias en Luján y Mar del Plata. Contamos con el apoyo de la Municipalidad para el alquiler de los espacios de Vientos y con la ayuda de los frescos y verduras para la olla comunitaria”.

Además, indicó que “el equipo está conformado con tres coordinaciones, una referencia, dos psicólogas, una trabajadora social y tres talleristas”.

Sedronar es el organismo nacional que entrega partidas para garantizar el funcionamiento de este tipo de espacios como lo son también la Red Puentes y Casa Pueblo. En la realidad solo alcanza para un poco más que los sueldos.

Quienes se acercan a los centros barriales por consumos problemáticos tienen acceso a consultas psicológicas semanales, talleres vinculados a sus emociones, pero también a herramientas que les permiten imaginar y empezar a hacer realidad un futuro lejos de las consecuencias que trae el consumo para ellos y sus familias.

Hay talleres de cocina, mantenimiento general, carpintería, costura creativa, barbería, arte, expresión, encuentro de mujeres, zumba. El número de personas en situación de consumo crece sustancialmente mes a mes y con ello también el trabajo en los centros barriales.

José aseguró que en el espacio “encontré mucho apoyo, mucha gente que te acompaña, me dan fuerza para poder salir adelante. Ellas siempre están para escucharte y ayudarte”. Por su parte, Chirola se acercó “por intermedio de otro pibe” y afirmó que “me gustó la idea y de paso ser un ejemplo el día de mañana para los demás”.

En el Coronel Dorrego están especialmente preparados para recibir y acompañar en la primera escucha, hasta se puede terminar el secundario en la sede. En el Nicolás Avellaneda, además, se aseguran de brindar herramientas reales a quienes son mayores de 18 años en el presente, en lo inmediato.

“Aparece le talle o el espacio para promover su trabajo, aprender una herramienta de trabajo. Es un laburo que hay que ponerle el cuerpo permanentemente”, expresó Cintia y Agostina agregó: “los pibes vienen rotos todos los días por una situación o por otra. Y a veces con un mate, con una charla, con preguntar cómo te sentís, ya es un montón”.

Es una tarea que atraviesa, solo basta compartir un rato, un mate, para darse cuenta. Estar al lado del otro, ponerse de verdad en el lugar del otro, sin juzgar y entendiendo que las elecciones siempre están condicionadas por el contexto. De esto se trata Vientos de Libertad.

Desde “Te mostramos cómo” agradecemos el testimonio de los integrantes de Vientos de Libertad y de los asistentes al espacio por compartir sus historias.