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La FIO celebra el desafío fundacional de adelantarse al futuro

Fundada en 1969, en respuesta a las demandas de la “Ciudad del Trabajo”, la Facultad de Ingeniería ha sido pilar en la formación de profesionales y en el desarrollo regional.


Sin sede y como Instituto, al compás de las demandas que marcaba la “Ciudad del Trabajo”, también llamada “Capital del Cemento”. Así nació la Facultad de Ingeniería de Olavarría, en 1969, anticipándose a la propia UNICEN y como parte de la expansión universitaria en toda la región impulsada por un grupo de jóvenes ilusionados con formarse en la ciudad.

A través de un breve recorrido en sepia es posible entender cómo, desde sus inicios, el Instituto Universitario de Olavarría tomó la visionaria decisión de “adelantarse al futuro” para formar técnicos y profesionales especializados en las áreas de ingeniería que eran requeridos por una industria fuertemente ligada a la minería. Un desafío que más tarde la convertiría en Facultad de Ingeniería ampliando su oferta académica, siempre en sintonía con el desarrollo productivo más próximo.

Ladrillo sobre ladrillo y paso a paso se fue moldeando ese ambicioso proyecto que hoy es referencia a nivel nacional pero también más allá de Ezeiza. Con cincuenta y cinco años en el haber y una balanza a favor, hay números que permiten dimensionar por qué la FIO hoy tiene prestigio y a la vez prestigia a quienes eligen transitan por sus aulas y laboratorios.

La Ing. María Peralta, decana de la FIO, plantea que es un gran desafío honrar la historia de la institución.

“Me impacta pensar cómo aquel grupo de jóvenes, en el año 68, tuvo la ilusión de que en Olavarría se pudieran estudiar carreras universitarias”, analiza con mirada retrospectiva la Ing. María Peralta, decana de una institución que hoy tiene 1800 estudiantes.

Lo define como “una gesta de la Universidad” y siente que “55 años después el desafío es ver cómo honramos esa historia que hizo posible democratizar el acceso al conocimiento en Olavarría”.

En carrera, desde el inicio

De las clases magistrales, donde el profesor explicaba los contenidos en una pizarra con estudiantes tomando apuntes y bibliotecas que eran esenciales para el estudio a la era de las tecnologías de la Información y la comunicación, los libros digitales y simuladores de laboratorios mediante realidad inmersiva. Todo en medio siglo, con la FIO adaptándose a la velocidad de los cambios, redefiniendo métodos de enseñanza y formando profesionales con habilidades prácticas y capacidad para amoldarse a un entorno en constante transformación.

La Facultad de Ingeniería se inició como Instituto Universitario de Olavarría, en sintonía con las demandas que imponía el desarrollo en la región.

“Todo eso se logró porque estuvo el impulso de jóvenes que consiguieron apoyo social, político, económico para crear el Instituto y a poco andar para ser parte de la Universidad, en el año 74. En el 69 también se creó el primer PIO. Ya se vislumbraba el perfil de la ciudad en cuanto a desarrollo industrial y se acompañó ese crecimiento”, valora la decana, dispuesta a mantener esa impronta de articulación con actores claves del entramado productivo regional.

De las aulas prestadas y una oferta académica incipiente a un 2024 con un total de 17 carreras, entre las que se encuentran 6 ingenierías, tecnicaturas, licenciaturas y posgrados, con programas están diseñados para formar profesionales competentes y comprometidos. En esa línea de tiempo, que supera el medio siglo de historia, aflora un sentido de pertenencia que hoy se replica y conecta con aquellos inicios.

“Se entendió lo que demandaban: no tener que irse de la ciudad, tener estudios universitarios en Olavarría, que se queden y se formen mientras se vislumbraba una Olavarría pujante en cuanto a la industria y la necesidad de tener recursos humanos. Era un aporte importante poder formarlos acá. Luego una gran parte de esa masa de jóvenes hizo y hace al crecimiento de la ciudad, de la región y del país”, reconoce la Ing. Peralta.

La Facultad registra dos mil graduados y graduadas en 55 años de historia.

“Vamos a entregar diplomas”

Unos 200 inscriptos iniciales certificaban que ése era el camino indicado sin imaginar que el nuevo siglo encontraría a la FIO en medio de un campus universitario, sumando edificios hasta llegar a una infraestructura que promedia los 9 mil metros cuadrados y que va por más: en breve, Ingeniería en Agrimensura estrenará sede, construida con el aporte del CPA gracias al respaldo de alianzas estratégicas.

En un año tan clave, complejo y desafiante como éste, corresponde abrazar a esta institución que durante cinco décadas ha formado a 2000 graduados y graduadas que nos conectan con el mundo y posicionan el sello FIO en las más diversas latitudes.

Por eso, “vamos a entregar diplomas. Vamos a honrar la historia”, dice la decana ubicando la 165º Colación de Grados, que será el 20 de septiembre, como parte central del acto por el aniversario, reivindicando la esencia y razón de ser de la Facultad, que fue y es la formación de profesionales. Eso la identifica y la distingue, con un impacto en la región que es innegable.

“Esa misión central hoy se ve fortalecida no solo por la generación de conocimientos sino por la investigación, extensión, vinculación, transferencia, innovación y emprendorismo que realizamos desde la FIO”, asegura la Ing. Peralta, que hoy tiene a su cargo la gestión de dicha unidad académica.

“Estoy orgullosa de ver cómo se ha tejido esta historia, siempre mirando el contexto y las demandas. Tenemos la responsabilidad de acompañar y provocar las transformaciones necesarias con educación de calidad, y pertinencia social y garantizar la inclusión. Son ejes de un plan estratégico que se mantienen en el tiempo y para eso trabajamos”, analiza la decana.

Con ese perfil, la FIO logró consolidarse como referente académica en áreas como la Ingeniería Civil, Electromecánica, Industrial, Química, Seguridad e Higiene en el Trabajo y Agrimensura, así como en Tecnología de los Alimentos, Tecnología Médica, Formación Docente, con una oferta educativa que creció al ritmo de las necesidades del país y la región. Con 200 docentes y 42 nodocentes que sostienen su compromiso con la excelencia académica y que, a 55 años del puntapié inicial, son parte de esa cosecha.

Miles de estudiantes eligieron y eligen la FIO para su formación profesional.

Vínculos e inclusión social

“Seguimos convencidos de que el plan ha sido absolutamente apropiado y así lo entendieron las diferentes gestiones”, apunta la decana, decidida a mantener “los desafíos y realizar las transformaciones necesarias para enfrentar el contexto, con actividades de calidad y trabajando con el impacto social que queremos”.

Más de 400 convenios y 30 proyectos de investigación en marcha confirman el fuerte vínculo con el sector productivo que además se potencia con investigación aplicada que permite a los estudiantes participar en proyectos que contribuyen al desarrollo tecnológico e industrial.

“La inclusión social que como eje estratégico, como responsabilidad de la Universidad pública, se destaca en la Planificación Estratégica institucional, en línea con lo que dice nuestra Constitución: el Estado debe garantizar el acceso a la educación pública, en el convencimiento de la educación como transformadora de la vida de los jóvenes”, apunta María Peralta, con las convicciones firmes y el optimismo intacto, abrazando ese legado que tiene en su ADN el sello FIO desde el primer día.

En la misma sintonía, propone bucear por la “Universidad y Memoria. 40 años de democracia en la Facultad de Ingeniería de la UNICEN” y emprender un viaje por la memoria de la institución, en la voz de sus protagonistas. Cuatro episodios de podcast producidos por el Área de Comunicación Institucional (www.youtube.com/fiounicen y en Spotify) que “muestran” la esencia de la FIO puertas adentro.