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Seguridad vial: Desafíos urbanos del ahora (Parte 2)

A días de las PASO, vemos precandidatos y precandidatas en las calles, en los medios tradicionales y en las redes sociales, en algunos casos con spots para hacerse conocidos/as y en otros casos dejan entrever algunas de sus propuestas a materializar en caso de ganar las elecciones.


Por Marcos Pascua // Especial para Central de Noticias 

 

Desde este lugar intentaremos plantear algunos de los principales desafíos de las ciudades a futuro y claro que Olavarría como tal no es la excepción. Tal vez algún precandidato/ta aproveche a tomar nota. Se plantearán en una serie de columnas, cinco ejes definidos en forma totalmente arbitraria que apuntan a pensar esas ciudades del futuro que resuelvan los problemas que tienen las ciudades del presente. ¿Empezamos?

 

Seguridad vial: Desafíos urbanos del ahora (Parte 1)

 

Los desafíos del ahora

Si venís siguiendo las columnas desde un principio te imaginarás cuáles son los problemas que tienen las ciudades, pero si es la primera vez que llegaste no te preocupes, acá voy con una breve descripción de los mismos:

  • Seguridad vial;
  • Cambio climático;
  • Desigualdad;
  • Envejecimiento de la población;
  • Perspectiva de género;
  • Plataformas digitales.

 

¿Por qué estos desafíos?

Seguridad vial: exceso de velocidad, falta de controles, calles de grandes dimensiones, falta de formación. No solo los siniestros viales de gravedad se producen en la zona rural, hoy el 50% de los siniestros viales que se producen en nuestro país, se producen en las ciudades. El entramado urbano fue pensado para moverse rápido en vehículos privados motorizados y estamos sufriendo sus consecuencias. Si querés ampliar un poquito más sobre este tema, podés hacerlo acá.

 

Cambio climático: el cambio climático ya dejó de ser ese horizonte lejano para el cual nos preparamos, sino que algunas de sus consecuencias ya las estamos viendo hoy: olas de calor, sequías, plagas, entre otras cosas. Una de las principales causas del cambio climático es el transporte, es decir cómo nos movemos. En este sentido permítanme descreer del futuro que nos promete el automóvil eléctrico. Creo que las ciudades deberán apostar por mejorar las condiciones de infraestructura para las movilidades activas (ciclistas y peatones). También deberán pensar a favor de un transporte público eficiente compuesto de flotas con vehículos eléctricos, aportando subsidios a la inversión que esto requiere, desalentando en forma gradual el uso del vehículo privado a combustión. Además, desalentar el uso de vehículos privados será un beneficio en términos de seguridad vial. Algo más podés leer acá.

 

Desigualdad: también hemos visto que en pleno siglo XXI hay personas que no pueden contar con un hábitat digno; viven en construcciones precarias, sin acceso a servicios básicos, sin seguridad habitacional y a la espera de decisiones estatales que en la mayoría de los casos priorizan la especulación inmobiliaria y la creación de tierra ociosa en lugar de desarrollos de viviendas sociales. En este sentido será necesario pensar políticas públicas de captura de plusvalías, impuestos a la tierra ociosa y la conformación y gestión de un banco de tierras. De esto podés ampliar acá.

 

Envejecimiento de la población: el envejecimiento de la población, las bajas tasas de natalidad y el aumento en la esperanza de vida desafían a la ciudad a pensar en cómo agregarle calidad de vida a esos años de vida que la ciencia nos regaló. El diseño de las ciudades excluye a las personas mayores y muchas veces con pequeños cambios pueden hacer que se sientan incluidas. Por supuesto, una ciudad que incluya a este rango etario, incluirá a todos los demás. Si querés seguir leyendo sobre este punto, podés hacerlo acá.

 

Ciudades con perspectiva de género: como hemos visto, las ciudades han sido pensadas por hombres y para hombres. Por eso es necesario incluir en el diseño de la ciudad no solo a mujeres, sino también a minorías sexuales: qué piensan, cómo se sienten cuando caminan por la calle y cuáles son sus demandas.

 

Plataformas digitales: no solo las plataformas digitales de delivery han cambiado la lógica de la movilidad, también lo han hecho las aplicaciones de transporte de pasajeros, las de navegación, el comercio eléctrico, el trabajo remoto. Vivimos en ciudades donde lo más importante es el tiempo y esto aumenta las condiciones de inseguridad y precariedad laboral en las que un sector de la sociedad se encuentra. Trabajar en regulaciones, en convenios de acceso a la información y en adaptaciones de la infraestructura será necesario en este mundo digital.

 

Desigualdad

 

En este punto, uno de los problemas de los últimos años es el problema no solo de acceso a la vivienda, sino también del acceso a un hábitat digno. Según los datos provisionales del último censo el 65,5% de las personas encuestadas vive en una vivienda propia. Este valor es un promedio que oscila entre un mínimo del 52,9% en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y un máximo de 83,7% en Santiago del Estero. El resto de las personas o alquila o vive en las condiciones que puede.

 

Hace unos meses se presentó el Observatorio de Barrios Populares que vino a traer números, estadísticas y visibilizar la situación de diferentes asentamientos en todo el país y la situación en muchos casos es preocupante.

 

Algunos números

·         Barrios Populares en todo el país: 5687

·         Viviendas aproximadas: 61.208

·         69,72% de dichas viviendas cuentan con CVF (Certificado de Vivienda Familiar)

·         51,65% de las personas relevadas son de género femenino

·         48,34% de las personas relevadas son de género masculino

·         El 69,87% de los hogares relevados contaban con una responsable de género femenino, mientras que en el 30,13% el responsable era de género masculino.

·         De los hogares monoparentales, el 87,15% la responsable es una mujer, mientras que en un 12,85% el responsable es un hombre.

 

Acceso a los servicios básicos

·         El 57,82% de los hogares relevados tienen una conexión irregular a la red eléctrica,

·         El 56,67% cuenta con una conexión irregular de agua,

·         El 65,18% cuenta con un pozo ciego u hoyo,

·         El 87,13% de los hogares relevados cocina con gas a través de garrafa,

·         El 36,84% se calefacciona con leña o carbón.

 

Olavarría

En el caso de nuestra ciudad donde el 63,8% de las personas encuestadas cuenta con vivienda propia y del Observatorio de Barrios Populares se desprende que en Olavarría existen 7 barrios populares (Villa Mailín, Costero Sur, Matadero, Belén, Villa Aurora, Eucaliptus y Francisco Moreno) donde la situación es la siguiente:

 

Acceso a los servicios básicos

·         El 57,14% de los hogares relevados tienen una conexión irregular a la red eléctrica,

·         El 71,43% accede al agua a través de un pozo domiciliario,

·         El 100% cuenta con un pozo ciego u hoyo,

·         El 100% de los hogares relevados cocina con gas a través de garrafa,

·         El 42,86% se calefacciona con leña o carbón.

 

Por un lado, la ausencia de políticas públicas de acceso a la vivienda, el contexto económico de nuestro país y la falta de planificación deriva en que cada vez menos personas puedan acceder a la vivienda propia y que cada vez más vivan en condiciones que no garantizan seguridad habitacional.

 

 

Sin ir más lejos, hace dos semanas se dio el caso de una “toma de terrenos” que no es la primera para la actual gestión y que rápidamente fue desactivada, pero que nos alerta del déficit habitacional que hay en la ciudad, del cual no se da el debate, un debate tan urgente como necesario. De hecho, es uno de los temas de algunos precandidatos a intendente.

 

En este sentido, existen herramientas que municipios del conurbano bonaerense han adoptado que tienen que ver con el desincentivo de la tierra ociosa, el incentivo a la construcción o la construcción de viviendas de alquiler social en concepto de plusvalías.

 

Envejecimiento de la población

 

La población demuestra una tendencia al envejecimiento, la esperanza de vida aumenta y cada vez menos personas tienen hijos. Se espera que para el 2023 la población de mayores de 60 años aumente un 34% y para 2050 la cantidad de personas de esta franja etaria superarán a las que se encuentran en el rango de 15 a 24 años. La ciencia agrega más años de vida a las personas, por lo tanto, la ciudad deberá agregarle calidad de vida a esos años que la ciencia nos regala y este es el punto de la cuestión.

 

En este sentido, la ciudad ya no debe ser pensada en términos de las personas productivas que circulan en auto, sino en todas aquellas que la habitan, especialmente las personas mayores. Para eso será necesario escuchar sus demandas, entender como viven la ciudad y con qué problemas se encuentran a la hora de circular.

 

 

En el caso de nuestra ciudad es común ver lo difícil que puede ser para una persona mayor cruzar una avenida a pie o trata de cruzar una rotonda, ni hablar de los obstáculos en la vereda que en algunos casos derivan en caídas, golpes o en el peor de los casos, una quebradura.

 

Lo cierto es que para pensar la ciudad del futuro hay que ampliar la mirada, pensar en mesas interdisciplinarias donde trabajar la forma de convocar a todas y todos los usuarios, escuchar sus demandas y actuar en consecuencia.

 

Hoy, en esta segunda entrega, hablamos de desigualdad y del envejecimiento de la población. La próxima será la última parte de estos desafíos, por hoy dejamos acá. Nos volvemos a leer pronto.