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“Postales” que te sacuden: la obra de teatro que llena salas

Algunos hacen humor, y muy pocos lo logran. Con base en un texto de 1988, dos actrices en escena hacen vibrar las almas del auditorio. En julio volverán a presentarse en Olavarría.


Por Romina Reser. Fotos: Josi Fara.

 

Lo que podría ser una obra costumbrista más, es una potente distopía hilarante, una comedia negra entre lo cotidiano y lo psicoanalítico.

 

Dirigida por Pablo Fredes, “Postales” es una obra de teatro encarnada por las actrices Fernanda Moraga y Laura Tropea. La puesta en escena es de Maiky Hatrick.

 

Equipo que gana no se toca, y ellos arrasan. Desde hace años mantienen viva la llama de la cultura y la autogestión en la ciudad. Y el público responde a sala llena.

 

Fui parte de la cuarta presentación, de ese momento de comunión que se crea con determinadas propuestas.

 

 

Ni la ola polar intensa nos frenó a quienes nos dimos cita en Chamula, espacio de arte autogestivo que nos recibió con la mejor predisposición, la salamandra crujiente y la cantina con variada oferta gastronómica. (Y cuando digo variada, hablo que hay comida veggie, para celíacos, hay vino, hay gaseosa, hay tragos, hay hamburguesas…y un montón de cosas ricas más que permiten sostener el espacio).

 

“Postales” no se puede encasillar, lo que sí puedo asegurar es que nadie saldrá igual como dice ese dicho del río. Hay espacio para la risa, carcajadas también; la reflexión, lo fantástico y lo apocalíptico.

 

Una apuesta al arte independiente que cosechó aplausos de una sala llena, por cuarta vez.

 

Ahora se suben al avión, y se van de gira. Volverán a presentarse en Olavarría a partir de julio.

 

 

Actuaciones profundas

 

Entre la caricatura y la fina ironía, solo dos actrices de trayectoria como las que protagonizan esta puesta pueden provocar la risa y la incomodidad de un texto tan incisivo. La corporalidad es fundamental, y el ritmo de la obra es frenético. Tropea y Moraga están exquisitas.

 

Cada mirada, cada paso, cada gesto exhiben trabajo, talento y, sobre todo, cuidadosas reflexiones creativas detrás, crédito a Fredes. Lo que no entra con reflexión, lo hace a través de la risa, mostrando que no cualquiera hace humor, pues primero es un oficio artesanal reservado para gente dispuesta a esculpirlo, y segundo, una forma superior de provocación intelectual.

 

Ojalá todos alguna vez, en alguna de sus vidas, puedan ver “Postales”. Es deseo.

 

DATO.

El texto es de Ricardo Bartis y Pompeyo Audivert (de 1988).