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Denuncias de abuso en Jardines: masiva manifestación de docentes autoconvocados

Responsabilizaron a los medios y al Estado por la falta de contención ante “falsas denuncias” y el “principio de inocencia”. Denunciaron que se sienten “solos” y pidieron “pensar cómo proteger a nuestros profesores”.


Una importante cantidad de docentes, auxiliares, autoridades y comunidad educativa marchó por las calles de la ciudad para pedir “concientización” de los medios y el Estado ante el tratamiento de denuncias por presuntos abusos en jardines de la ciudad.

 

Todo surge del último caso conocido días atrás, donde denunciaron a una docente del Jardín 901 por abuso sexual y fue apartada de su cargo hasta tanto avance la investigación judicial.

 

Con cientos de docentes en el Paseo Jesús Mendía, en primera instancia se realizó una movilización –de dos cuadras de extensión- por las calles del centro que tuvo una parada en las puertas del Consejo Escolar, donde se quedaron en silencio en una forma de protestar por lo sucedido. Tras un aplauso, continuaron hasta donde comenzó la concentración, en el Paseo Mendía.

 

 

 

Con guardapolvos, banderas argentinas, y algunas pancartas, el reclamo fue ganando calor hasta el momento de los discursos.

 

 

 

 

María Nelly D’Aranda fue la primera oradora y explicó que la convocatoria surgió en un grupo de Whatsapp que consiguieron más de mil integrantes ante esta situación de desprotección tanto “gremial” como “del Estado”.

 

 

D’Aranda contó que trabaja en un jardín de infantes y señaló que “nuestra labor con niños junto con las familias es como nuestro nuestro lugar. Los niños son parte de nosotros también y la familia nos conceden el cuidado de ellos que no es poco entonces sabemos que es algo muy importante para las familias confiar en nosotros”.

 

“Desde el primer momento que ingresa el niño al jardín se busca generar y tejer vínculos positivos afectivos y dinámicos entre las familias y las docentes de las para que podamos convertir a eso en una parte activa y trabajar en conjunto”.

 

Destacó que “sin la contención no podemos avanzar en los aprendizajes. Y hoy está posibilidad se ve amenazada. Nosotros todo lo que empezamos a trabajar con los niños es a través de lo afectivo. Si esto se nos limita se nos limita el aprendizaje en los niños. Es importantísimo la parte efectiva. Bueno. Cómo entonces si los docentes y los padres empiezan ciertos temores a lo que sucede dentro de la institución. ¿Cómo van a delegar en nosotros el cuidado? ¿No? ¿Cómo van a confiar en nosotros? Vivimos pensando en que en cada acción que hagamos va a ser cuestionada”.

 

Pidió enfocarse en “pensar cómo proteger a nuestros profesores. Principalmente los profesores de educación física que por ahí son los más afectados dentro de los jardines de infantes”.

 

 

“Y sí, nos sentimos vulnerados y sabemos muy bien que con ellos perjudicamos a los que más preciamos, que es a los niños. Y somos los que tenemos que garantizar que sus derechos sean respetados”.

 

Contó, con crudeza, que ha intervenido y denunciado hechos de violencia en familias de alumnos, “he tenido amenazas” y señaló que “yo no fui a publicar en redes sociales que una una familia era violenta, que la justicia se encargara de ello, yo solamente hice como corresponde y me guardé al silencio que es lo que corresponde”.

 

Emocionada, dijo que “quiero seguir abrazando a mis alumnos cuando vienen corriendo con los brazos abiertos. Quiero seguir haciéndole upa y que me dejen dos días con dolor de cintura. Quiero expresarle el igual sentimiento. Pero para ello necesito trabajar sin miedo”.

 

Aquí, pidió “mayor protección” al Ministerio de Educación, a las instituciones, dado que “uno abre un diario o una red social y ve una foto de una institución educativa, ve hasta el cargo de la persona y realmente duele porque de esto se tiene que encargar la justicia no nosotros”.

 

“Tenemos que hacer valer el derecho del niño y del docente, y que la Justicia se encargue de la denuncia”.

 

Pablo Dirgam, docente de primaria, insistió en pedir responsabilidad a los medios y la sociedad en general. “Hay vulnerabilidad en el niño, en la escuela, en toda la familia”. Pidió, además, “Justicia ante el abandono del Estado en la educación” bajo un cerrado aplauso de los presentes.

 

 

“Somos todos docentes autoconvocados. No tenemos bandera política, no tenemos banderas de los gremios, porque tampoco nos han protegido. Le pedimos que los gremios tomen la posta pidiéndole al Estado que regularice estas situaciones, que estas situaciones no pueden ser publicadas así nomás porque tenemos el deber de resguardar a los niños. Responsabilidad y respeto”.

 

También pidió respetar el “principio de inocencia” de las personas y pidieron la continuidad mediática de cada uno de los casos “para el resguardo y la reintegración de la persona denunciada en caso de que se corrobore que es una falsa denuncia”.

 

Cerró al pedir el cuidado “de la Educación, sea pública y privada”.

 

Mariana Ricucci, en tanto, dijo que se sienten “solos” en este contexto y “tenemos miedo a que un beso, una caricia, un abrazo sea malinterprado como una violación de los derechos del niño y adolescente”.

 

 

Tras más expresiones y sugerencias exclusivamente a periodistas y comunicadores como lo hecho por el Observatorio de Niños, Niñas y Adolescentes de la Facultad de Ciencias Sociales, el acto posterior a la marcha se cerró cantando el Himno Nacional y la desconcentración.