Placenti y Martorano, los que proyectaron el sueño del barrio Educadores
Los arquitectos a cargo de la obra hablaron con Central de Noticias sobre una historia que lleva más de veinte años. El recorrido, las frustraciones, los logros. Los cambios en la forma de dar respuesta a la problemática habitacional. Otra época, otras herramientas.
La dupla compuesta por los arquitectos Rubén Placenti y Néstor Martorano es la encargada de llevar adelante la obra del barrio Educadores. Veinte años atrás, proyectaron el sueño de cientos de familia. En la actualidad, transitan la última etapa del complejo habitacional ubicado en la zona suroeste de la ciudad.
“Llevamos 30 años de amistad. Los códigos de nuestra generación los tenés en el corazón, no hay con qué darle”, señaló Ruben Placenti y recordó los avances y retrocesos del proyecto, los momentos de estancamiento y las puertas golpeadas.
Néstor Martorano recordó la labor de las docentes que “estuvieron tanto tiempo gestionando este barrio” de 146 viviendas que en sus inicios tuvo un plazo de obra de 2 años y medio. Asegura no recordar fechas exactas pero el detalle de los distintos momentos de la obra está marcado a fuego en su memoria.
El primer inconveniente se produjo cuando la empresa que había ganado la licitación “empezó con deficiencias y entramos en conflicto. Después de mucho tiempo se rescindió el contrato y se entró en juicio”.
Cuando la obra se retomó se hizo “por administración” y eso permitió “un ahorro de dinero que lo fuimos volcando a las viviendas. Pudimos mejorar la calidad de los materiales, poner más gente y pagar mejores sueldos a los operarios”.
“A partir de ahí fuimos con altibajos, se demoraban los pagos, tuvimos que parar el ritmo de obra y así sucesivamente”, sintetizó. “Hasta que entró en el Instituto de la Vivienda el doctor José González Hueso y ahí se aceleró mucho el trámite. Cuando terminó la gestión de él, otra vez se volvió a trabar. Llegamos a 125 y quedaron pendientes estas últimas”.
“Hace cuatro años que estaban pendientes, esta gestión la movilizó y se hizo efectiva”, indicó Martorano.
La demanda habitacional
Para Placenti el acceso a la vivienda “siempre fue importante” y en la actualidad “te digo que es más importante”. Señaló como problemática principal el acceso a la tierra debido a que “es el primer escalón de un barrio”. En ese sentido, reconoció que “hoy un lote en la ciudad vale 20 mil dólares. Decime cómo un chico puede arrancar a los 20 o 30 años comprando un lote”.
Por otra parte, aseguró que “realmente se puede hacer bien un barrio, que la gente esté en blanco, que los que trabajen estén bien, que la calidad de los materiales sea óptima o la mejor posible, que los tiempos de la ejecución se aceleren”.
Si bien reconoció que “no es fácil pero sí posible” y destacó la labor llevada adelante por la comisión del barrio Educadores. “Nosotros hemos tenido apoyo de todos los gobiernos y siempre para adelante”, afirmó Placenti.
Sin embargo, marcó una diferencia sustancial respecto a tiempos anteriores. “Quizás los barrios responden a otro período histórico, vienen de la época en donde los trabajadores se organizaban, donde el asalariado tenía un complemento desde el Estado que facilitaba esa organización y esa construcción del barrio”, resaltó.
En la actualidad “estamos en otra época histórica” donde “los Procrear son una herramienta fundamental y de hecho está en pleno uso. Eso requiere una política planificada provincial, local, donde todos los pasos se den coordinadamente, simultáneamente, honestamente y ágilmente”.
En ese sentido reconoció que “vos no podés estar esperando 20 años una vivienda como en este barrio cuando la mitad de los maestros se jubilaron y la mitad fallecieron, es injusto”.
Por su parte, Martorano reconoció que “estoy próximo a jubilarme y este es el broche para mí y para Rubén”. Destacó la “celeridad” actual donde “los fondos se certifican y a los 10 o 15 días ya se está recibiendo el dinero”.
Por último, consideró que los barrios “son hoy por hoy la única posibilidad que la gente tiene de acceder a una vivienda de una forma más accesible. La gente empieza a pagar una vez que están viviendo acá. Este barrio ya tiene el agua, la electricidad y el gas. La cloaca era una obra que quedó pendiente de la Municipalidad pero está todo preparado para recibirla” y concluyó: “se termina la casa, la gente pide los servicios y ya empieza a vivir en el lugar”.