Cannabis: “la última instancia hasta que se masifique lo industrial es el autocultivo”
Integrantes de la agrupación Cannabis Activa dialogaron con Central de Noticias sobre el taller que comenzará este sábado. Además, explicaron “los frentes de lucha” que buscan generar avances para un desarrollo responsable.
Este sábado comenzará una serie de clases en el denominado “Taller de cultivo doméstico de cannabis activa, Olavarría” que pone en relieve demandas, pérdidas de prejuicios, avances normativos y un desarrollo del consumo de cannabis en distintos órdenes de la vida cotidiana.
Cannabis Activa es una agrupación que se conformó como Asociación Civil, tiene luchas de hace varios años y busca avanzar en la concientización de la ciudadanía en un contexto de avances, frenos, y mucho por construir.
Central de Noticias dialogó con Manuela Cos, vicepresidenta de la Asociación Civil y Horacio Citati, tallerista del ciclo de clases de autocultivo. En primera instancia, Citati indicó que “la demanda creció” y como agrupación “estamos a la expectativa porque nos gusta, hay posibilidades de crecer. Se van dando muchas actividades. Esta es una. Si bien la agrupación está en diferentes frentes formando parte, teniendo un discurso y acompañando a una generalidad que tiene ganas de que se active el cannabis”.
La pérdida de prejuicios ha sido clave en este avance, aunque haya luchas en “standby”: Cos dijo que “el marco nacional, con el Reprocann, el usuario del cannabis medicinal puede cultivar y está amparado bajo la normativa. Entonces ese usuario hace que descanse en ese registro. El registro capta la demanda de un sector que no necesariamente es medicinal. Ahí hay un parate en ese sentido. Sin embargo, el prohibicionismo sigue funcionando en el marco jurídico judicial”.
Citati, en ese sentido, dijo que aún “operan muchísimo en diversos actores sociales que tienen prejuicio interno a la hora de hablar, de pensar la planta, qué sucede, tratar los temas, siempre aparece”. Ahí es donde el aceite de cannabis medicinal aparece: “Rompe fácticamente el prejuicio. Cuando hay adultos mayores -que vivieron estigmatizando el consumo y toda la cultura cannábica- ven los beneficios que tienen para tomar aceite o tienen que usar menor medicación hay una lucha cultural interna. En términos generales todo va hacia la benevolencia para el cannabis”.
El desafío, según la vicepresidenta de Cannabis Activa, es “romper con el prejuicio con la idea del cultivar. Estamos en otro marco, pero la agrupación viene sosteniendo una demanda muy grande cuando no teníamos marco normativo, la persecución era sistemática y donde la solidaridad es la característica más importante. El autocultivo es la primera respuesta que se da desde la agrupación. Porque evitas comprar o entrar en un circuito ilegal, que reproduce y ayuda al narcotráfico. Mucho de lo que se compra no es lo que se necesita. Podés comprar un frasquito por internet, pero nada de eso te garantiza que eso pueda darte lo que necesitás”.
Citati agregó que si bien “existe una red de laboratorios que se dedican a despejar las dudas de la fiabilidad de los aceites” termina siendo “un manotazo de ahogado”.
“La última instancia hoy por hoy hasta que se masifique lo industrial es el autocultivo. La mejor forma que vemos como agrupación es enseñar el autocultivo de forma responsable y segura”.
El tallerista, entre risas, comentó que “le da ansiedad” el inicio del taller porque será su primera exposición de este tipo: “la idea es hablar sobre autocultivo casero del hogar, cómo poder mantener una planta y lo que se necesita, porque si bien es una planta y se puede poner en el patio, en cierto punto es también un medicamento”. Cannabis activa, en este sentido, “hemos establecido una fórmula de cultivo y la idea es en el taller explicar esa fórmula para eso entender cómo funciona la planta que necesita y básicamente es aprender a cultivar”.
Manuela Cos recordó talleres anteriores que “nos quedó una base de datos de una red de personas que estaban interesadas y de alguna manera nos sirve para poder patear la otra bandera que es la de construcción de políticas públicas”.
La Asociación, por su parte, busca “poder pensar lo público. Si avanzamos en la producción de medicamentos, si articulamos con la Facultad, el poder pensar que hay lugar para todos en cannabis pero cómo hacemos para que llegue a todos. De todas maneras hay muchos desafíos por delante. El otro día el doctor Gastón Barreto puso como ejemplo la producción, ¿qué posibilidades hay en la asociación de producir para sus socios? Hay algunas cuestiones que no se avanza tan fuertemente”.
Citati, por su parte, destacó que están “en medio del proceso” dado que “la ley de cannabis industrial salió, pero las reglamentaciones de cómo ejecutarlo todavía no. Si bien hay que apegarse a las prácticas agrarias y un montón de estándares que ya están establecidos, hay un montón que no. De hecho gran parte de la dificultad que se plantea sobre la industria primero tipificar las semillas, hacer un banco de semillas, tener la genética, ver los métodos de cultivo, es un recorrido que todas las plantas han hecho la ingresar en la industria y es un poco cuestión de tiempo”.
De cara a la industrialización, para Cos, es que “se vuelve necesaria la articulación de aquel que conoce la planta, el que la trabaja hace años y está con ella, y aquel que tiene las herramientas para poder industrializar”.
Para cerrar, y teniendo en cuenta futuros desafíos, Cos dejó en claro que si bien “se amplía el marco normativo legislativo”, mientras “sigamos conviviendo con una Ley de Drogas como la que tenemos y el prohibicionismo moral tajante atravesando el sistema de Justicia se vuelve complejo hasta formar parte de círculos que sean de acompañamiento”.