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¿Qué es la accesibilidad e inclusión en las ciudades?

¿Qué es una ciudad accesible?, ¿Qué rol cumple el Estado para garantizar la accesibilidad e inclusión de todas las personas?, ¿Y el resto de la sociedad?, ¿Qué ciudades son accesibles y por qué?, ¿Olavarría es una ciudad accesible?


Por Marcos Pascua (*)

 

Cuando he hablado de accesibilidad en esta columna siempre lo hice haciendo referencia a las formas de movilizarse y de lo difícil que es trasladarse en bicicleta o a pie por las ciudades de hoy en día con entramados urbanos pensados exclusivamente para los vehículos a motor.

 

A la hora de pensar la movilidad urbana uno de los parámetros son las formas de movilizarse, pero no es el único y si hablamos de accesibilidad, también tenemos que hablar de las barreras explícitas e implícitas que tienen las ciudades para las personas que cuentan con algún tipo de discapacidad.

 

Para hablar de eso en esta columna es que contamos con el testimonio de dos personas con diferentes tipos de discapacidad, Lucas Nicolás Días Aspiroz y Agustina Brisa, que amablemente han accedido a brindar su testimonio y contar sus vivencias diarias en ciudades (alerta spoiler) que no están preparadas.

 

¿Qué es una ciudad accesible?

 

Ciudad accesible es aquella que permite que toda la ciudadanía, tenga o no discapacidad, pueda vivirdesplazarse y participar en la vida urbana.

 

La accesibilidad de una ciudad no se limita a la eliminación de barreras arquitectónicas, sino que va mucho más allá, puesto que incluye la accesibilidad comunicativa, la accesibilidad cognitiva, la accesibilidad cultural.

 

En esta columna hablaremos de las barreras arquitectónicas en particular, pero como vimos en la definición no son las únicas.

 

La accesibilidad en la ciudad 

 

Respecto a las barreras arquitectónicas, Agustina Brisa, persona no vidente, flamante graduada de la carrera de Licenciatura en Comunicación Social, hizo hincapié en que “si pongo un auto en una rampa (o sobre una vereda) le obstaculizo el paso a una persona que quiere desplazarse y en el caso de personas que se desplacen en silla de ruedas si se les obstaculiza una rampa, no se pueden desplazar libremente”.

 

Una acción que suele verse en Olavarría es la de estacionar vehículos en las rampas, con la excusa de estar apurado o apurada o porque es sólo un ratito o la costumbre de dejar autos sobre las veredas, sin tener en cuenta que la acera es pública y es el único lugar para que las personas que por allí se desplazan puedan hacerlo con seguridad.

 

Lo mismo sucede con otros elementos como macetas o mesas, si alguien coloca macetas en su vereda o mesas (restaurantes) no deben hacerlo contra la pared porque nos obstaculiza el paso a personas como yo, que usamos la pared como guía”. En este sentido agregó “eso es algo de lo que le faltaría a la ciudad para ser más accesible”.

 

 

Ante la consulta sobre la accesibilidad de las ciudades, Lucas Nicolás Díaz Aspiroz, una persona con una discapacidad motriz, atleta paralímpico, agregó, “no todas las ciudades son accesibles en su totalidad, he ido a algunas que sí y otras que no”.

 

Una de los elementos de los que se habla cuando se habla de ciudades accesibles son las rampas, por eso le consultamos a Lucas. “En cuanto a colocar rampas, considero que es hacer un poco más accesible la ciudad, pero el concepto accesibilidad es mucho más amplio, más integral”. En este sentido, insistió, “una ciudad no es accesible solo por tener rampas en las esquinas”.

 

Ciudades accesibles

En el caso de ciudades accesibles, Lucas hizo referencia de cuales fueron para él las ciudades más accesibles, “Tokio me resultó una ciudad accesible, tengo entendido que Estados Unidos también lo es, pero después en América del Sur y algo de Centroamérica, por lo pocos lugares que he ido, no son muy accesibles”.

 

Además, agregó que “en algunas ciudades de Europa que fui, la accesibilidad se notaba más en ciudades grandes como Praga, pero en los pueblos no tanto”.

 

También hizo referencia a cuáles son algunas de las obras que generan mayor accesibilidad, “en mi caso lo que vi fueron lugares accesibles para entrar o subir, baños universales, semáforos con sonido, prioridad de las personas con discapacidades, transporte, colectivos, trenes con baños universales, en las esquinas o muchos lugares cosas escrita en braille”.

 

Ciudades para todas las personas 

 

Cuando Agustina fue consultada sobre qué cosas se deberían tener en cuenta para contar con una ciudad más accesible comentó, “somos personas absolutamente normales, iguales a todos y a todas que lo único que necesitamos son pequeñas adaptaciones o pequeñas cositas que hay que modificar para tener una vida plena”.

 

Además, agregó, “una persona en silla de ruedas necesita una rampa para poder acceder a locales, que deben contar con puertas amplias, baños accesibles, todas estas cosas son necesarias, pero no significa que por eso seamos distintos”.

 

 

Respecto a la forma de ubicarse en el caso de una persona no vidente comentó, “una de las cosas que pasa también es que cuando llegamos a una esquina, es muy difícil encontrar la chapa con el nombre de la calle en braille que se ubica en los carteles nomencladores de las calles”.

 

Comentó que, “una solución sería contar con baldosas podotáctiles que nos guíen hacia el cartel nomenclador, que en algunas veredas se pueden ver o que se coloquen las chapitas sobre las paredes” y agregó, “otra cosa que pasa es que muchas calles se encuentran escritas al revés”.

 

Empatía

En este punto tanto Lucas como Agustina coincidieron, en que la empatía del resto de las personas es muy importante para alguien que cuenta con una discapacidad.

 

En este sentido, Agustina comentó sobre algunas de las situaciones que le ha tocado vivir, “me ha tocado estar en una calle esperando que me crucen y sentir que pasa gente que me mira y sigue de largo”, ella lo aduce a que “quizá pasa por una cuestión de desconocimiento, de miedo a la desconocido o vergüenza”, pero que “es ponerse en el lugar del otro”.

 

En el mismo punto Lucas agregó, “si un lugar no es accesible, pero te encontrás con personas inclusivas, todo es diferente para bien”.

 

Para cerrar, agregó, “solo pediría que las personas tuvieran la capacidad de poder ponerse en lugar del otro porque no todo depende de una municipalidad o de un área, la discapacidad es algo transversal a todas las áreas, personas, etc. Todas las personas deberíamos involucrarnos”.

 

Tarea para la casa 

Repensar las ciudades es una de las tareas que debemos plantearnos a futuro, tarea que debemos hacer como ciudadanos y ciudadanas y tarea que deben hacer quienes toman decisiones, en este sentido, como ya hemos hablado de la falta de accesibilidad de ciudad como Olavarría para circular en bicicleta o a pie, también lo es para personas que cuentan con una cierta discapacidad.

 

Es cierto que sería injusto caerle a la ciudad en este sentido ya que como se puede ver, no muchas ciudades de Latinoamérica son accesibles, pero también es cierto que es necesario empezar a saldar esas deudas que el urbanismo tiene para con las personas.

 

En los diseños urbanos es necesario desde la planificación empezar a tener en cuenta a las personas con discapacidad y a los medios de transporte alternativo y por otro lado, desde el lugar de la ciudadanía reflexionar sobre este concepto que tanto Lucas como Agustina coincidieron, la empatía, ponernos en el lugar del otro.

 

Como dijo Agustina, son personas normales que necesitan pequeñas adaptaciones para vivir una vida plena y en eso debemos estar todos y todas.