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La seguridad vial, una responsabilidad compartida

Con motivo del Día de la Seguridad Vial, el especialista Marcos Pascua llevó a cabo una reflexión y análisis de la situación actual, además de tips de cómo mejorar la situación de cara a futuro.


Por Marcos Pascua (*)

 

Hoy es el día de la seguridad vial, fecha que tiene como objetivo promover la educación vial y fomentar la toma de conciencia acerca de la problemática de los siniestros viales. Dicha estrategia comprende el conocimiento de normas y señales de circulación y el desarrollo de actitudes y prácticas de prevención de siniestros viales. La fecha elegida se debe a un curioso suceso de la vida nacional: el “cambio de mano”. En nuestro país regía la norma que ordenaba el sentido del tránsito por la mano izquierda, al igual que en Gran Bretaña. Pero el 10 de junio de 1945 sedecretó el sentido del tránsito por la derecha, tal como es norma generalizada en la mayoría de los países. ¿Cuál es la situación local en la actualidad? ¿Qué rol cumple la sociedad? ¿Y elMunicipio?

 

Situación actual

 

La situación en la actualidad es preocupante, aunque se haga hincapié desde las dependencias estatales en la reducción de las víctimas fatales y de los siniestros viales en 2020 respecto de 2019, la realidad es que eso es la consecuencia derivada de las restricciones a la circulación debido a la pandemia, pero no podemos apelar a la restricción de la circulación como medida para mejorar la seguridad vial. Desde hace por lo menos 10 años la situación es la misma, los indicadores no mejoran, mientras que en una cultura de poco o nulo apego a las normas se sigue apelando a medidas estéticas por sobre las funcionales.

 

El rol de la sociedad

 

Como lo hemos abordado más de una vez en este espacio, los usuarios de la vía pública carecen de empatía y en la mayoría de los casos no cumplen con las normas de tránsito, sólo basta mencionar algunas de las situaciones que se observan a diario en Olavarría, como el exceso de velocidad, la permanencia en doble fila, la utilización del celular en la  conducción, el giro a la izquierdo en intersecciones donde no está habilitada dicha acción o cruzar en rojo un semáforo.

 

 

Lo más curioso es que si hacemos una encuesta sobre cómo manejan, probablemente muchos y muchas contesten que lo hacen bien, que los que manejan mal son los otros u otras, mientras tanto los siniestros se producen a diario. No nos asumimos como protagonistas del tránsito, cuando en realidad lo somos, todo lo que hagamos en la vía pública influye en el comportamiento de las otras personas, si nadie excediera la velocidad o girara en “U” por ejemplo, no se producirían los siniestros y si todos o todas manejáramos tan bien como creemos prácticamente no habría siniestros viales y sin embargo suceden y de a muchos.

 

El rol del Estado

 

Ante la falta de apego a las normas de la ciudadanía cómo responden quienes son responsables de tomar decisiones y trabajar para mejorar la seguridad vial. De la misma manera que los usuarios, es decir, desligando responsabilidades.

 

Para las autoridades la responsabilidad de la situación es exclusiva de los usuarios, es decir, el Estado no puede hacer más de lo que hace por restricciones económicas, burocráticas y/o políticas, su postura es que la gente choca porque no sabe circular o simplemente porque hace las cosas mal.

 

Pero, ¿quiénes son responsables de habilitar a la gente para que circule?, ¿quiénes deben controlar el cumplimiento de las normas?, ¿quiénes deciden realizar una obra por sobre otra más eficiente?

 

No se trata de colocarle un policía a cada persona en el asiento del acompañante, pero las ciudades que redujeron los siniestros viales no lo hicieron desligando responsabilidades. Hoy contamos con un montón de información que ayudaría a tomar medidas efectivas, sabemos que usuarios colisionan, donde lo hacen, cómo fue el impacto, cuáles son las vías de mayor circulación, pero los recursos no serán suficientes cuando lo que falta es voluntad política.

 

Cómo se puede pretender que se formen conductores y conductoras responsables si para acceder a la licencia de conducir basta con responder una serie de preguntas, circular por un circuito a 10 km/h y saber estacionar, “pruebas” que si se hacen medianamente bien, en media hora es posible ser habilitado o habilitada para conducir en el espacio público, donde se comparte la vía con un montón de otras personas que circulan en auto o en moto y lo hacen a velocidades de entre 40 y 60 km/h y donde el entorno cambia constantemente. Difícil que eso salga bien.

 

 

Tampoco se apela al control del cumplimiento de las normas, los controles son pocos y la mayoría apuntan al control de documentación, si los recursos son limitados deberían estar apuntados a las causas de los siniestros como el exceso de la velocidad o el uso del teléfono celular mientras se conduce. Es decir, el Estado no forma y no controla sobre las causas de los siniestros.

 

Por otro lado, con el objetivo de mostrar que se está trabajando por la seguridad vial, realiza intervenciones vistosas que en realidad lo que hacen es evitar la colisión en determinada intersección, como sucede con los reductores de velocidad, pero no evita que el siniestro se produzca, por ejemplo, en la intersección siguiente, en lenguaje futbolístico “van  corriendo el arco”. Si fuera una obra funcional, con la cantidad que se han colocado de todos los tipos y formas en la provincia de Buenos Aires, los siniestros deberían estar en pleno descenso desde hace años y eso no sucedió.

 

¿Qué podemos hacer?

 

Desde tu lugar como usuario o usuaria de la vía pública podés hacer mucho, respetá las velocidades máximas, no estaciones en doble fila, respetá los semáforos, evitá circular en auto en caso de que no sea necesario o en trayectos cortos. Mientras que desde el Estado se necesita de voluntad política, de pensar en políticas públicas a largo plazo que hagan hincapié en la formación de nuevas generaciones de conductores y conductoras, de destinar recursos para controlar sobre las causas de los siniestros, de salir de la lógica de diseñar las ciudades exclusivamente para los autos como si fuera la única forma de circular.

 

Si llegaste hasta acá, te agradezco por leer y espero que hayas entendido la responsabilidad que tenés desde tu lugar como ciudadano o ciudadana, si es así, este día de la seguridad vial habrá cumplido con su objetivo.

 

Marcos Pascua es ingeniero civil, Tesista en Seguridad Vial, Promotor Comunitario de Seguridad Vial e integrante de Asociación Somos Amigos de la Vida