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En paquetes de fideos, galletitas y hasta en patas de pollo, los intentos para entrar droga a la cárcel

Importantes cantidades de marihuana, cocaína y psicofármacos han sido incautados durante la cuarentena en cárceles de la región.


“El ingenio no tiene límites al tratar de ingresar drogas a las cárceles”. De esa manera se titula el comunicado que fue emitido en la jornada de este martes desde el Complejo Penitenciario Centro Zona Sur, que tiene base en Sierra Chica y del cual no solo dependen las tres sedes carcelarias de esa localidad olavarriense, sino también la Unidad 17 de Urdampilleta.

 

“La pandemia que estamos atravesando impuso nuevas formas de relacionarse y medidas específicas en cada contexto para prevenir el contagio”, avanza el escrito en el que se detalla cómo debieron modificarse las tareas y protocolos debido a la pandemia de Coronavirus. En ese marco se da cuenta, por ejemplo, el permiso a la utilización de teléfonos celulares en sectores intramuros para compensar el cese de visitas y que los internos pudieran seguir en contacto y relacionados con personas de su entorno más cercano.

 

 

A la par, las encomiendas también pasaron a tener un rol clave en esa vinculación, lo que hizo que también deban modificarse las tareas y controles en este sentido, no sólo para evitar el ingreso del virus, sino también de sustancias prohibidas. “El personal vio incrementados notoriamente los intentos de ingresar droga por cualquier vía y con mecanismos que realmente sorprenden por su ingenio”, se enfatizó a medida que se detalla que se debió implementar, entre otros cambios y rutinas, el aporte de canes para la detección de estupefacientes.

 

“Semana a semana las incautaciones fueron en aumento y lo inaudito de los escondites son la vedette”, avanza el escrito predio a dar detalle de algunos de los sitios donde fueron halladas sustancias prohibidas. Recipientes de lavandina con un doble fondo, cocaína mezclada en un pomo de pasta dental, un paquete de galletitas circulares perfectamente perforadas en el centro donde se ubica el envoltorio con marihuana, son algunos de los ejemplos.

 

 

Inclusive, también se da cuenta de secuestros de droga en el interior de cebollas, papas y zanahorias, un pollo que escondía pastillas de psicofármacos en sus alas, o saquitos de mate cocido que fueron rellenados nuevamente también con marihuana, como así también en envases de dulce de lecha, shampoo o yerba.

 

“Es sorprendente el tiempo que familiares y amigos de los detenidos ocupan en la preparación de los envíos, por ejemplo, para introducir pequeños envoltorios de marihuana o cocaína en el interior de fideos mostacholes, simular alfajores bañados en chocolate con tapitas de gaseosa con centro de marihuana, prolijas hileras de pastillas envueltas firmemente y cosidas en la costura de una prenda de vestir, huevos minuciosamente partidos y en su interior estupefacientes. Focos, enchufes de alargues, cargadores de celulares y el interior de un caloventor han servido para hacer el intento de burlar el trabajo de la requisa de los penales”, se detalló.

 

 

El dato que da dimensión de esta situación es que, desde el inicio de la pandemia, ya se llevan secuestrados más de 1700 gramos de marihuana, algo más de 25 gramos de cocaína y cerca de 700 “pastillas ilegales”. “En la actualidad se suma a la requisa de las encomiendas, el trabajo tradicional del ingreso de la visita de los internos, que si bien tiene algunas restricciones, comenzó a ponerse nuevamente en marcha”, se agregó.

 

Por último, se detalló que ante cada uno de estos hallazgos se dio intervención a la policía de la Provincia de Buenos Aires y a la fiscalía especializada en esta materia, la UFI 19 del doctor Lucas Moyano.