Un ataque con un rastrillo, un juicio por jurados y un testimonio “trasandino” por videoconferencia
Los detalles detrás de la captura de un hombre de 48 años, que se concretó en la jornada del pasado jueves.
En el mediodía del último jueves desde la Estación de Policía Departamental Olavarría se informó que personal de la comisaría Primera, a pedido de un tribunal azuleño, había concretado la detención de un hombre de 48 años. “Homicidio en grado de tentativa” y “resistencia a la autoridad”, se añadió con respecto a los delitos que se le atribuyen.
En el detalle no se ahondó mucho más, apenas la referencia que la captura se había concretado en un domicilio ubicado sobre Sargento Cabral al 800, todo acompañado con la imagen del detenido de espaldas en el patio de la seccional policial ubicada sobre Belgrano a metros de Almirante Brown.
Sin embargo Central de Noticias dialogó con distintas fuentes y así pudo conocer mayores detalles acerca de cuál fue el hecho que se le imputa y, más aun, el juicio en el que fue hallado “culpable”. La colocación de las comillas responde a que ese fue el veredicto al que arribó un jurado de civiles arribó a fines de julio del 2017.
Sin dudas uno de los puntos característicos del caso es que hay que viajar algo más de un lustro para llegar a los hechos. Fue a fines de octubre del 2014 cuando un hombre fue atacado en su domicilio del barrio Coronel Dorrego. Según las crónicas de aquel entonces, tanto del caso como del posterior debate oral, dan cuenta que tres personas se habrían visto implicadas, lo concreto es que quienes llegaron a juicio en calidad de imputados serían Carlos Gustavo Cotela y su pareja, pero sólo el hombre resultaría condenado, ya que la mujer fue considerada “no culpable” por el jurado. Vale destacar que el delito que se le endilgaba era el de “resistencia a la autoridad”.
Distinta fue la suerte de Cotela, sobre quien los civiles entendieron que efectivamente quiso terminar con la vida de la víctima, además de situarlo como quien dio inicio a las agresiones, en las cuales habría utilizado el palo de un rastrillo, según logró acreditar la querella encabezada por la fiscal Viviana Beytía.
Otra de las situaciones particulares del proceso judicial es que el acusado declaró por videoconferencia desde Chile, país al que se había ido a vivir tiempo antes. La comunicación fue más precisamente con el Ministerio Público de la ciudad de Reten Niebla, en tareas conjuntas que permitieron llevar adelante una declaración de condiciones prácticamente inéditas.
La defensa del acusado fue llevada a cabo por el doctor Martín Marcelli, quien había pedido el cambio en la figura de las actuaciones, más bien que sean tipificadas como lesiones y que su cliente nunca buscó terminar con la vida de la víctima, algo que no fue acompañado por el jurado.
Al momento de dictar pena, el juez Carlos Paulino Pagliere decidió la aplicación de una pena de 4 años y 8 meses, situación que luego sería recurrida desde la defensa del acusado. Ahora la novedad está dada en que la condena ha cobrado firmeza y, a partir de allí, la orden de captura emitida por el Tribunal Oral en lo Criminal N°2, del cual Pagliere supo ser parte tiempo atrás, ya que actualmente integra la Cámara de Apelaciones y Garantías del Departamento Judicial de Azul.