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Avanza a paso firme el cultivo experimental de Cannabis

A casi tres meses de su puesta en marcha ya se hizo una primera cosecha en la Facultad de Ingeniería de Olavarría y se sumó la Facultad de Agronomía.


El 2021 comenzó, para el grupo de personas que impulsan acciones de difusión, formación e investigación de cannabis con fines medicinales, con la certeza de tener aprobado un cultivo experimental y nada más. Con la suma de muchísimas voluntades personales, institucionales, empresariales y universitarias finalmente se montó el proyecto. A dos meses y medio de la inauguración del cultivo –único en la región- , ya se hizo la primera cosecha que permitirá avanzar científicamente sobre el comportamiento de la planta. Además se sumó la Facultad de Agronomía de la UNICEN, a fines de acompañar y complementar las estrategias de cultivo.

 

En principio se están cultivando dos genéticas de cannabis sativa equilibradas en sus niveles de THC y CBD, cannabinoides con efecto probado sobre diferentes patologías. Se trata de las OG Kush CBD y Spicy CBD. “Cuando las plantas tuvieron un tamaño importante, se les cambió su fotoperíodo y pasaron de recibir 18 horas de luz diarias a recibir 12. La respuesta de la planta ante esto, es florar”, explicaron las investigadoras Dra. Luisa Franchi e Ing. Luciana Mentasti.

 

 

Cada variable asociada a la iluminación, riego, composición de la tierra, temperatura, etc, es controlada por el equipo de trabajo dirigido por el Dr. Gastón Barreto, actualmente en el País Vasco por una estancia de investigación en el tema.

Esta primera cosecha permitirá obtener información que contribuirá a la estandarización de procesos de cultivo, un tema que en Argentina con la sanción de la ley que regula la producción industrial de la planta y sus derivados a la vuelta de la esquina, cobra especial relevancia.

 

Un paso, una nueva información

 

El hecho de trabajar con diferentes genéticas, que además son las más empleadas localmente con fines medicinales y terapéuticos, requiere respetar los tiempos de cada una. La primera cosecha de flores se extrajo de la OG Kush a los 45 días; la de la Spicy será más adelante, ya que le lleva más tiempo desarrollar el ciclo.

 

Mientras algunos ejemplares siguen creciendo y otros florando, la primera cosecha ya está en proceso de secado y pronto pasará a una etapa de curado. En cada paso se extrae y se congela una muestra “para analizar si cambia la composición de cannabinoides a lo largo de las diferentes etapas”, explicó la ingeniera Mentasti.

 

 

Las expectativas iniciales están más que alcanzadas”, sostuvo la Dra. Luisa Franchi. “Estamos dentro de los tiempos que proyectábamos y si teníamos dudas sobre la efectividad de cultivar dentro de un container, ya no queda ninguna. Tenemos que ajustar algunas variables como el riego y demás, pero todo funciona muy bien”, aseguró a la vez que destacó el asesoramiento constante de la agrupación Cannabis Activa Olavarría.Nunca habíamos cultivado y estamos aprendiendo mucho; llegamos a tiempo y forma en la primera cosecha”, expresó la investigadora.

 

Y hasta los desechos tienen un destino científico: son entregados a un grupo de la Facultad de Ingeniería que estudia la posibilidad de producir carbones energéticos con los tallos de la planta de cannabis, entre otros residuos orgánicos.

 

Más voluntades

 

Con el objetivo de seguir explorando nuevas líneas de trabajo se presentó una propuesta para los Proyectos Estratégicos de Investigación, Desarrollo y Transferencia (PEIDyT) de la Secretaría de Arte, Ciencia y Tecnología de la UNICEN, recientemente aprobado. Al grupo de trabajo conformado por las Facultades de Ingeniería, Ciencias Sociales, la Clínica María Auxiliadora y la organización Cannabis Activa Olavarría se sumó la Facultad de Agronomía de Azul, también perteneciente a la UNICEN.

 

El objetivo general del proyecto es dar continuidad al análisis de la problemática relacionada con el uso terapéutico, medicinal y/o paliativo de cannabis, con la incorporación de la evaluación agronómica y ajuste de prácticas de cultivo integrando a investigadores de la Facultad de Agronomía. También se buscará avanzar hacia la sistematización de la información de acompañamientos terapéuticos con estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Salud de la misma universidad.

 

 

El foco experimental de las actividades propuestas se centra en entender el comportamiento agronómico y químico durante los procesos de cultivo, extracción y manipulación tal como puede realizarse socialmente, en búsqueda de mayor información para optimizar los procesos y asegurar buenas prácticas, una de las demandas más presentes en esta problemática de alto impacto social.

 

En la sala de flora las plantas están bajo una lámpara de sodio (la más habitual en el cultivo doméstico) y otras bajo paneles de tecnología LED. “Queremos estudiar la influencia de la tecnología de iluminación en la cantidad de flores producidas. A simple vista se ve que una variedad produce más flores que otra, pero nos interesa particularmente este aspecto también para aportarle información científica a la tecnología del mercado y las empresas que colaboran con el proyecto”, explicaron las docentes de la Facultad de Ingeniería.