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La verdadera grieta es generacional

El cumpleaños de Charly García, una celebración por streaming y sus repercusiones.


Francisco Ferrari / especial para Central de Noticias

Creo que es la tercera vez en lo que va de la temporada que le dedico la columna a Charly García. La verdad es que perdí la cuenta, pero más la perdió Charly y nadie dice nada, o sí le dicen, pero él no se entera.

Tampoco estoy obligado a dar demasiadas explicaciones, esta semana Charly cumplió años, 73, lo que lo transformaría en un viejo meado hecho y derecho para los cánones dominantes de hoy, pero en su caso lograr escapar a la etiqueta y es una figura de admiración y devoción, no sé si genuina o un poco sobreactuada, para los jóvenes que insultan a otros tipos de la edad de Charly o inclusive más jóvenes que él.

Claro, me dirán que, para escapar del rótulo de viejo meado, antes construyó una carrera legendaria, sacó 60 discos, compuso varias obras que sólo un genio y un adelantado podría haber escrito, vivió como un verdadero rockstar y se tiró de un noveno piso del hotel de Mendoza y le acertó a la diminuta pileta de natación.

Tienen razón.

Esta semana, además, lo que me llamó la atención fue como se dio vuelta la torta. Una enorme masa humana compuesta mayoritariamente por jóvenes de cristal rindiéndole homenaje ¿en vida? al abanderado de los viejos meados. Pensé que por un rato se cerraba al menos esa grieta y me dio un poco de esperanza y de ilusión.

Migue Granados en Olga organizó el Charly Day: fueron 17 horas de transmisión porque la previa arrancó a las 6 de la mañana, superó 1.3 millones de vistas, el hashtag usado llegó a ser tendencia número uno en Argentina y OLGA sumó el 85% de toda la audiencia que por esas horas consumía streaming.

Pero no, tardó muy poco en volver a abrirse la fisura.

Lo más loco esta vez no fue Charly, lo más loco fue ver quiénes lo atacaban y quiénes lo defendían. Adolescentes y jóvenes lo descubrieron en estos días, se aprendieron las letras de Sui Generis y Serú Giran, hicieron un curso acelerado para saberse las principales anécdotas, y lo terminaron llevando en andas del rincón de los viejos meados a la terraza de los viejos de bronce, descangallados, pero con onda.

Del otro lado, viejos rockeros, viejos progres, viejos cool que encuentran su adrenalina de hoy enterrando a sus viejos ídolos. Viejos meados pateando a viejos meados. Como si enterrarlos les devolviera la vida. Negando a Charly, relativizando su importancia y explicando que en realidad se trató de algo así como un boom que sí, habrá durado como 50 años, pero no dejó de ser algo pasajero y que hubo mucho mejores, no tan mimados por el sistema como este antisistema trucho.

La verdadera grieta no es política, ni moral, ni ética. La verdadera grieta es generacional. Los jóvenes de cristal vienen por nosotros. Esta semana nos robaron a Charly y no nos quedó otro remedio que armar un listado con Milo J, el Duki, Bizarrap y Nicky Nicole para superar estos días difíciles.